El jueves anterior me refería al desinterés de la Prensa de todo el mundo, incluyendo la de Guatemala -en términos generales, con sus honrosas excepciones- en torno a las causas y especialmente las dramáticas consecuencias que implica el cambio climático, sobre todo porque los periodistas no hacemos los esfuerzos suficientes para crear conciencia entre funcionarios públicos, empresarios y todos los ciudadanos del país acerca de lo que este fenómeno depara a la presente y futuras generaciones.
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Afortunadamente, existen organizaciones sociales -en este caso religiosas- que sí han asumido su responsabilidad frente a ese fenómeno mundial, como el caso del Consejo Ecuménico Cristiano de Guatemala, que divulgó una declaración pública en torno al desequilibrio ecológico, sin que encontrara eco en los medios de comunicación impresos.
Intentaré resumir el documento que comienza señalando que han surgido voces de alarma de cara al mal uso de los recursos de la tierra, porque el sabio equilibrio de la naturaleza ha sido cambiado por la irresponsabilidad, de tal suerte que es preciso revisar el actual modelo económico neoliberal, que se caracteriza por la producción para la acumulación, sin importar la depredación de los recursos, y de esa cuenta Guatemala sufre las consecuencias de un grave daño ambiental, producto de la contaminación, la basura, los incendios forestales, la tala inmoderada de bosques, la explotación minera, etc.
Ante esa dimensión dramática, el Consejo Ecuménico señala que los cristianos de todas las denominaciones no pueden permanecer impávidos, sino deben comprometerse a contribuir a evitar que se profundice el cambio climático provocado por el hombre y su egoísmo de acumular riquezas, pero advierte que no se logrará el justo equilibrio ecológico si no se afrontan directamente las formas estructurales de la pobreza. Es urgente vincular la ecología con el desarrollo socioeconómico -puntualiza-, manejar en forma sostenible los recursos de la naturaleza para mejorar la calidad ambiental y aplicar una política educativa de protección y respeto a los recursos naturales, así como se debe impulsar la unidad de todos los sectores para lograr acuerdos encaminados a conservar la biodiversidad.
El Consejo Ecuménico está convencido que a las iglesias cristianas les corresponde evidenciar las características depredadoras del actual sistema consumista y acompañar la resistencia de los pueblos en defensa de sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
(Pésame. Esta madrugada falleció nuestra querida amiga Magda Carrillo Reeves, quien es velada en Capillas Señoriales. Presento las condolencias de mi familia a su hija Magda Estela, su nieta Lucía y demás deudos. Descanse en paz).