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-I-
Esta tarde
quiero platicar vos
sin dejar puntos suspensivos
entre tus ojos y los míos
ni darle paso a las dudas
de tu arrepentimiento
Llegué a pensar
en un momento
que no había razón para que la ciudad
con su estrépito y su luz
se lamentara de tu meditada despedida
porque aprendería a vivir sin vos
En realidad
la calles permanecieron indiferentes
y ni siquiera en la esquina de la casa
advirtieron que te habías marchado
con el silencio entre tus labios
En ese entonces
no hacían falta explicaciones
ni argumentos
para justificar tu ausencia
ni para identificar la fecha
del retorno
Ajeno a tu presencia
que cada día se tornaba más concreta
no quise adivinar
el destino de tus pasos
que seguían otras huellas
y tomaban el camino
ambivalente del recuerdo
Pude descubrir
que las palabras y los sueños
podrían conducirme
de la soledad de mis angustias
a la fuerza inerte de la vida
-II-
Aceleradamente
descendí de lo alto de mis años
hasta la ribera de mi infancia
para tocar tímidamente
la orilla del mar, tan distante de mis pasos
Bajé de nuevo
en la escalinata del tiempo
que me condujo irremisiblemente
al borde del desconsuelo
de los que dormitan con el estómago vacío
al final de su esperanza
Y es que habíamos olvidado
o se nos había pasado por alto
que dentro de los dos
y cerca de nosotros
están la miseria y el espanto
de quienes piden una gota de justicia
para el torrente de sus gritos
Porque los que tenemos la palabra
al alcance de la boca
nos ahogamos en el amplio abanico
de la razón jubilada
y la cobardía escondida
tras la retórica académica
Mientras yo buscaba
en la fantasía de mis revocaciones
la flor de tu nostalgia
niños y adultos fueron expulsados
de la jornada de la vida
para no pagarles el séptimo salario
de su centésima amargura
Cayeron irredentos
hasta el límite
del frondoso anecdotario
de los que se graduaron de maestros
en la oscura alternativa
del dolor o de la muerte
y con herencia de la patria transferida
-III-
Pagaron el tributo
al fallido intento de cultivar la tierra
porque en la elaboración de datos
para establecer parámetros
de necesidades y poderes
ni siquiera se les quedó la idea
del título supletorio que serviría
para envolver un puñado de cenizas
O aquellos otros
que creyendo
en la ensordecedora publicidad electoral
se atrevieron a saborear su sed
y depositaron su voto en el sarcófago
que no pudo dar cabida
a su huella digital
Algunos más
aplazaron la hora de las decisiones
sin tomar en cuenta
que la convocatoria de los representantes
acordaba que los débiles
no tenían derecho
de renunciar al miedo
mucho menos
de proponer el cambio de camisa
El llanto del niño
que se acurrucaba
en el analfabetismo de su aldea
fue interpretado
como señal de lucha
contra quienes ofrecieron
la felicidad de una tortilla
sin frijoles
Y mientras yo buscaba
un geranio para ponértelo en el pelo
una y dos y cien mujeres
pretendieron en vano
encontrar a sus maridos
en la invisible jaula de la libertad
que instalaron los legisladores
con sus recursos de amparo
-IV-
También los magistrados
escudriñaron en las leyes
para aplicar la norma que sancionaría
a los que se atrevieron
a vulnerar con sus pies desnudos
la opulenta plataforma de los derechos humanos
Condenados fueron
asimismo
los que abusaron con las uñas sucias
el permiso de sentarse
en un artículo legal
y tuvieron la osadía de ponerse de pie
para defender su anónima dignidad abofeteada
Encontraron escarmiento
los que en comunidad de aspiraciones
fueron incapaces de aceptar
que la cultura
sólo debe ser administrada
a quienes no se han contaminado
con la amenazadora vertiente
de la solidaridad
Todo esto y más
que no cabría en el provisional mensaje
elevado a la hora
de las reivindicaciones
se acumula en este instante
sobre las espaldas
de los recién nacidos
y en el ombligo del cadáver profanado
Conservemos entonces
de vulnerables sentimientos
y de las raíces germinadas en tu vientre
pero sin olvidar la cotidiana esencia
del hombre y la mujer
que al hacer el inventario de sus penas
han descubierto que es más grande
la lágrima de un huérfano
derramada en la indiferente y frágil
mejilla de la patria
que el vitalicio afán de una moneda
Besemos
pues
y con premura
el recuerdo que no dejaron sus pesares
y el simple esfuerzo
del compromiso con la vida
y la cita irrevocable con la muerte
(1995)