El clóset se abastece con ropa de paca


Las ventas de la 6a. avenida ahora son una opción secundaria. Los guatemaltecos prefieren acudir a las pacas para ahorrar y obtener ropa de calidad.

Hay quienes opinan que los paí­ses subdesarrollados como Guatemala se alimentan de las sobras de Estados Unidos, aunque en realidad, otros prefieren ver las cosas desde otra perspectiva. Esta situación se refleja concretamente en las pacas. La 6a. avenida es ahora una opción secundaria para ir de compras.

Karen Cardona
lahora@lahora.com.gt

Ropa de segunda mano o americana. Esas son las llamadas pacas, ventas que han proliferado en los últimos años y que se encuentran en cada esquina de las calles y avenidas de todo el paí­s. Son la mejor opción, el mejor lugar para gastarse el aguinaldo y encontrar el estreno de Navidad, opinan los consumidores.

Se abrió paca

Camisas, pantalones, faldas, blusas, zapatos y toda la variedad de artí­culos que se encuentran en las mejores boutiques, se pueden encontrar en estos locales. Las mejores marcas, aunque con un poco de desgaste, son vendidas desde 2 hasta 45 quetzales.

«Depende, la ropa viene casi nueva, en todas las tallas. Los pantalones los tengo a 45 quetzales y las blusas a 20», dice don Carlos, vendedor de una paca ubicada frente al Hospital General San Juan de Dios. Un lugar muy concurrido por guatemaltecos cuyas posibilidades económicas son limitadas.

Siempre sobre la 1ª. avenida de la zona 1, doña Teresa, sentada en la entrada de su local comercial, comenta que este fin de año la venta ha bajado. En otras ocasiones la demanda ha sido mayor. «Yo tengo buenos precios, la paca me permite tener buenas ganancias, por eso doy los pantalones a 15 y las blusas a 5 quetzales, aunque la ropa de niño es lo que más busca la gente», dijo.

Ya entrada la tarde, cuando el reloj marca la salida de los trabajadores, la paca ubicada en la 9ª. calle, entre 1ª. y 2ª. avenida es abarrotada por hombres y mujeres que buscan el estreno de sus hijos. En este local, particularmente, la demanda es mayor en zapatos y ropa de niños, aunque se exhiben abrigos, accesorios como sombreros, gorras, collares y bufandas.

Los encargados de esta tienda aseguran que la venta de este fin de año ha sido satisfactoria «y aún falta más». Los resultados han sido buenos, afirman, por ello rentaron dos locales más, contiguos al que tení­an inicialmente.

Ropa clasificada

Como cualquier otro centro de comercio, las pacas también tienen categorí­as. Hay unas donde la ropa es clasificada según el género al que pertenecen, es decir de hombre, mujer y niño. Están en serchas y ubicadas estratégicamente en los puntos más concurridos de la ciudad.

Una de ellas es la tienda ubicada sobre la 9ª. calle entre 6ª. y 7ª. avenida. Exhibe maniquí­es vestidos elegantemente con las prendas que allí­ se encuentran, grandes vitrinas decoradas con iluminación llaman la atención de los compradores que al darse cuenta de los costos empiezan a medirse las prendas en los vestidores de ese mismo local.

«Hay quienes compran de todo un poco. A la gente le gusta la variedad y nosotros siempre compramos pacas seleccionadas, con ropa de marca, aunque la vendamos un poquito más cara», describe uno de los encargados de la tienda, quien prefirió no identificarse, pues dice temer a las extorsiones.

Otras tiendas son más humildes, incluso algunas no tienen local comercial. En el mercado San Martí­n de Porres, zona 6, es común encontrar ventas de pacas que constan de una simple sábana tendida con un «volcán de ropa» encima.

En estas ventas la gente opta por inclinarse a revolver las prendas en busca de algo que les guste. Los prejuicios y la timidez son fácilmente derrotados cuando el vendedor dice «ese se lo doy a quetzal», mientras desata el siguiente paquete de ropa para vender.

Más que ropa y zapatos

Aunque es común encontrar pacas que se especializan en venta de ropa y zapatos, también las hay donde los juguetes son los artí­culos principales. Los peluches, las muñecas y los artí­culos más sofisticados para la entretención de los más pequeños de la casa se pueden encontrar a precios incomparables con los de las grandes jugueterí­as.

Un robot que camina y una Barbie se cotizan a 20 quetzales. «Pues todo depende, si está muy nuevo y es de los juguetes del momento, por las pelí­culas de los cines y los anuncios, a veces les subimos a 30 quetzales. Si no, los damos a 15, incluso a 10 quetzales» relata doña Sofí­a, cuya venta se ubica en la esquina del mercado San Martí­n.

Sin embargo, las pacas van más allá. En el mercado Colón, zona 1, este tipo de ventas ha tenido un auge especial y es que aquí­ se encuentran carteras, maletas, maletines, pañaleras, platos, vasos, cubiertos y todo tipo de utencilios de cocina.

La tienda ubicada en la esquina de este mercado, especí­ficamente sobre la 5ª. calle y 14 avenida de la zona 1, ofrece en algunas ocasiones, muebles de madera, licuadoras, batidoras y adornos navideños. Los precios oscilan entre los 10 quetzales hasta los 75 dependiendo del producto y la marca.

Más adentro de este mismo mercado se encuentra la tienda de doña Nidya. La variedad de los productos «importados» de Estados Unidos, le han dado fama entre los vecinos del lugar. Es común encontrar carruajes para bebés, butacas para carro, secadoras de cabello, sartenes de teflón, estetoscopios, esfigmomanómetros, incluso termómetros y equipo médico. Cámaras fotográficas, relojes de pared, cuadros decorativos y todo lo que uno pueda imaginar. Hasta bolas de boliche.

«Dios nos ha bendecido con clientela que busca de todo un poco. En las pacas vienen las cosas más extrañas, incluso objetos que ni siquiera sabemos para qué sirven y la gente lo compra. Vendemos de todo un poco y para Navidad procuramos traer mercaderí­a que sea del agrado de la clientela» relata doña Nidya.

Con factura

La Megapaca es un almacén que demuestra la rentabilidad de vender ropa de segunda mano preveniente de Estados Unidos. Esta tienda abrió varias sucursales en diferentes zonas de la capital. A diferencia de otros almacenes, la Megapaca paga sus impuestos, pues al momento de la compra, entregan factura al consumidor.

Esta tienda se especializa en la comercialización de ropa, la cual está debidamente clasificada por edad, género, estilo y calidad, pues las marcas más buscadas y las prendas de moda son estratégicamente ubicadas y exhibidas a precios mayores.quienes usualmente pertenecen a la clase trabajadora y cuyos ingresos económicos son escasos.

Los Compradores

Los testimonios de los compradores marcan la diferencia. «Es más barato y de mejor calidad», «No me alcanza para comprar ropa nueva de almacén», «Aquí­ si encuentro mi talla» y «mejor les compro ropa aquí­ (a los niños) porque la dejan muy rápido y no se puede andar gastando a cada rato» son algunas de las fraces más frecuentes entre los consumidores de pacas,

Descontento

A pesar que las pacas han sido popularmente llamadas «La Salvación del Pueblo» no todos están contentos con el auge que han tenido. Los vendedores de la sexta avenida de la zona 1 aseguran que estos comercios les han robado la clientela. Los vendedores informales de ropa y zapato afirman que estas fiestas de fin de año son la prueba que los consumidores prefieren comprar pantalones de lona que valgan 25 quetzales, que los que cuestan 50 en las calles.