El Ciudadano General de Brigada Otto Fernando Pérez Molina


La izquierda radical enfoca ya sus baterí­as contra el candidato de la «Mano Dura». A ellos se sumarán entes poco confiables para golpear polí­ticamente a Pérez Molina. No lo lograrán, no obstante que sumados al oficialismo dispondrán de los macros recursos del Estado para lanzar unidos una candidatura de la que ellos mismos aun no están convencidos.

Abundio Maldonado

Conozco a Otto Pérez Molina. Trabajó bajo mi comando cuando él era un joven teniente, Comandante del Primer Pelotón de la Primera Compañí­a del Batallón de Caballeros Cadetes y yo Director de la Escuela Politécnica en el primer centenario de su fundación. Tuve una oficialidad élite y en cierta ocasión pregunté al Comandante del Batallón el entonces teniente coronel Alejandro Gramajo Morales, quién era su mejor Oficial. Me la pone difí­cil, pero sé que a usted, mi coronel Maldonado, le gustan respuestas rápidas, me inclino por el teniente Pérez Molina. Años más tarde Alejandro ya de General y ministro de la Defensa Nacional, su primer nombramiento fue el del entonces teniente coronel Pérez Molina como jefe de su Estado Mayor Personal.

Y aludo también a esta historieta cuyo actor es el General y abogado José Domingo Garcí­a Samayoa, entonces ministro de la Defensa Nacional y con quien nos llamamos «mi Sargento Primero», porque ambos tuvimos ese escalón de mando que la Politécnica lo otorga en escasas circunstancias. Entre él y yo transcurrieron más de 18 años sin un Sargento Primero Brigada en la unidad del Cuerpo de Cadetes.

Bien, yo era Presidente de la Comisión de la Defensa Nacional en el Congreso de la República cuando recibí­ un llamado del General Garcí­a Samayoa. Mi Sargento Primero dijo, le quiero comentar que deseo darle a la Dirección de Inteligencia del Ejército una faz diferente. Se le ha venido asignando funciones de orden policial y quiero convertir esa Dirección en una verdadera Inteligencia Militar. He pedido al Estado Mayor una terna y veo que el coronel Pérez Molina en sus registros de servicio trabajó bajo su mando en la Politécnica. ¿Qué opina de él? Le respondí­: «Otto es un gran oficial, el mejor dentro de una élite distinguida que tuve en la Escuela». ¿Peco de indiscreto si le pregunto por los otros dos de la terna? No, de ninguna manera. Cuando aludió a ellos le dije: «Brillantes oficiales, a los otros dos también los conozco, pero para la misión que pretende asignar Pérez Molina es el ad hoc». Y en la Orden General del Ejército del dí­a siguiente el Coronel Pérez Molina asumió la Dirección de Inteligencia, en donde el destino puso en él, el eslabón inicial de su carrera polí­tica. Fuera de este entorno, Otto era visible por la devoción a su hogar. Con Rosita, su esposa, procrearon una pareja de hijos que al igual que ellos son triunfadores.

Que le viene dura a Otto, le viene. Pero ya no es novato. Fue finalista en una elección y ello es una gran experiencia de la que supongo ha aprendido bastante, porque ya saboreó la miel electoral de más de un millón de votos. Su éxito dependerá de la selección de su equipo polí­tico, de su comando de campaña, de saber escuchar, de rodearse de gente honesta y capaz, de no rehuir debates, de hacerse agradable a la Prensa, de pensar en un Gabinete no de partido sino de la mejor gente que ofrezca Guatemala y bajarse de la tribuna para apretar las manos de su pueblo. Y es que a contar de lo que llaman «la era democrática» ya probamos siete presidentes civiles, casi todos abanderados del desorden y la corrupción. Justo es entonces la alternativa de un ciudadano que hoy es simplemente un civil pero que cuando vistió el uniforme de soldado de la Patria supo llevarlo con valor y dignidad.

Los militares todos debemos solidarizarnos con Otto. Nuestras familias y las de los miles de «Servidos» (así­ se llama a aquellos ciudadanos de la provincia que han prestado su servicio militar) somos un enorme caudal de votantes. Si consolida este sector: tendrá un cupo electoral de cuidado. A mi juicio, llegó la hora de las definiciones y en lo personal, conociendo a Otto y dadas las circunstancias que se avecinan: mi octogenario voto -si Dios aún me tiene vivo – será para el ciudadano General de Brigada Otto Fernando Pérez Molina.