El cinismo del Dr. Eduardo Meyer


El dí­a que el doctor Meyer tomó posesión del cargo de Presidente de la Junta Directiva del Congreso de la República, lo oí­mos decir que a partir de ese momento él se harí­a cargo de las finanzas del Congreso, con lo que estaba reconociendo que él es el principal culpable del desví­o de los 82.8 millones de quetzales, a la Afianzadora Mercado de Futuros, donde como por arte de magia se esfumaron. En dos ocasiones lo oí­ decir que él estaba limpio y que apresaron a los dos ladrones (sus cómplices) y si se siente limpio es porque se baña todos los dí­as, porque lo que es en el robo del dinero, está implicado hasta el lí­mite.

Victor Manuel Asturias

También en dos ocasiones lo oí­ decir que estaba siendo sometido a un linchamiento polí­tico, cosa que ni él cree, pues el delito está a la vista y es del conocimiento de toda la ciudadaní­a. Después pidió permiso para asistir a las sesiones del Congreso y el Congreso en un acto totalmente inconcebible lo aceptó.

Al perder la inmunidad, fue presentado un recurso para que fuera a juicio, donde deberá tratar de resolver su situación; imponiéndole el tribunal que tiene a su cargo el proceso, arresto domiciliario, el que aparentemente comenzó a cumplir; posteriormente y por gestión de sus abogados, se le amplió el área que comprendí­a el arresto, ampliándose a toda la capital, con lo que ya pudo asistir al Congreso nuevamente y el Congreso lo aceptó; allí­ ya lo vimos platicando con el general Efraí­n Rí­os Montt. Yo creo que la palabra domiciliar viene del concepto domicilio, o sea a una vivienda; pero el juez le dio al Dr. Meyer, como domicilio, toda la ciudad de Guatemala.

En un paí­s donde se respetan las leyes, las cosas se hubieran manejado de otra manera, pues el juez habrí­a ordenado la captura y lo hubiera mandado a la cárcel, durante el tiempo que durara el juicio; como está sucediendo en Taiwán donde le están iniciando un juicio a un ex presidente por corrupción, y también a un diputado en el Perú, acusado de corrupción.

El doctor Meyer puede estar tranquilo, pues estoy seguro que al final le impondrán una medida sustitutiva y a gozar de sus millones, ¡Pobre Guatemala!