El chantaje presupuestario


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La rebaja en el Presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado para este año, en más de 2 mil millones de quetzales, anunciada por el Presidente de la República, ha destapado una enorme cloaca, en donde han quedado de manifiesto:

Juan Antonio Mazariegos G.

 


a) La imprevisión del Ejecutivo para hacer un presupuesto razonable, basado en los ingresos factibles del Estado y  una administración sana del endeudamiento público; b) Como  los intereses partidarios y de ocasión electoral se anteponen  por sobre cualquier beneficio común o riesgo para el paí­s por parte de los partidos polí­ticos representados en el Congreso de la República; y c) Una increí­ble marejada de declaraciones de ministros, diputados, sindicalistas y demás actores de esta comparsa en que vivimos,  en donde parecieran  todos apuntarse  a ser las ví­ctimas de la situación, cuando en realidad  fueron los creadores de la misma.
Año con año asistimos a las discusiones en el Congreso de la Republica que conoce la propuesta del Ejecutivo sobre lo que será el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Nación para el año siguiente, año con año este Gobierno también ha apostado por elevar y elevar dicho presupuesto, bajo la garantí­a de que si no es aprobada su propuesta en un plazo determinado, en automático se continuará con el presupuesto del año  anterior. Como bien lo indica su nombre, el presupuesto deberí­a de ser el instrumento de afinación de las polí­ticas estatales, determinar cuáles serán los ingresos corrientes, cuáles previsiblemente serán los extraordinarios, cuál es la capacidad razonable del endeudamiento del Estado y luego con esos recursos determinados, establecer la distribución presupuestaria que permita dar mantenimiento a la estructura de funcionamiento del Estado, el pago de los salarios correspondientes, pero también  aquellos recursos que permitan crear y desarrollar la infraestructura necesaria para detener la caí­da y que no nos volvamos un paí­s del cuarto mundo.  Evidentemente esto no sucede así­, se hacen las cuentas del gran capitán, el clientelismo y la distribución en función de intereses electorales pesan más  que la transparencia o la necesidad,  no hacemos nada por combatir el contrabando,  la evasión y demás lacras que afectan  los ingresos del Estado y se convierten en competencia desleal para las empresas que sí­  pagan sus impuestos. Por si lo anterior no fuese suficiente, acto seguido los demás partidos polí­ticos bloquean las sesiones en el Congreso y el paí­s simplemente se queda sin gasolina, eso sí­ con todos y cada uno de los actores echando la culpa al vecino por el mal que nos ha traí­do y con una población estupefacta que escucha cómo la Policí­a se desmoralizará, cómo no habrá medicinas, ni arreglos a las carreteras, una población chantajeada.
El dí­a de ayer fue publicado por este vespertino que el Gobierno y el mayor partido de la oposición, se han puesto de acuerdo y se aprobarán créditos por más de 600 millones de dólares, con cuyo acto se pretende poner fin a la crisis presupuestaria. Espero, eso sí­, se acabe el chantaje que hemos vivido como ciudadanos estos dí­as, por supuesto seguro de que será solo la calma que precede a la siguiente tormenta.