Entender la ciudad en que crecimos o vivimos, es entendernos. Reconocer y reconocerse en la ciudad que día a día recorremos, nos crea un vínculo legítimo con ese «algo» que somos.
De eso que la identidad sea nuestra identidad, ya que en ella encontramos espejos en los que podemos vernos reflejados y una memoria que compartimos con todos los que la habitamos…
El Centro Histórico es el espacio que durante dos siglos fue el punto de referencia de la Ciudad de Guatemala, donde se desarrollaba la mayor parte de la actividad económica y donde se discutían los asuntos más importantes de la vida nacional. Hoy día todo aquel poder se ha desplazado a zonas más seguras o más atractivas para los comerciantes y los políticos, así el centro ?como le llama toda la gente? se ha convertido en un lugar ecléctico, por el que transitan diariamente cientos de miles de personas, entre vendedores informales, amas de casa, oficinistas, políticos, estudiantes y demás, pero en el que no existe una visión coherente respecto a preservación y seguridad.
De los antiguos comercios que daban brillo al centro, quedan muy pocos. Los problemas antes mencionados y las difíciles condiciones en las que muchos de ellos tienen que funcionar, han hecho que los comerciantes emigren a otros espacios más funcionales. Esto ha sido un factor determinante para diluir mucho de su arquitectura y sus lugares históricos se han transformado en parqueos, iglesias evangélicas o en mercados improvisados. (Tomado de puntos de identidad del Centro Histórico)