Ya he publicado al respecto en el diario La Hora; se han pronunciado tanto el Procurador de los Derechos Humanos como el Consejo Superior Universitario, diversos columnistas y medios de prensa. De todo ello invoco lo siguiente:
.- Muchas cosas de este caso son un misterio, por ejemplo, nadie sabe a cuánto asciende la transferencia electrónica de fondos que el Banco Industrial recibió, proveniente de algunos activos del desaparecido Banco de Comercio.
.- Existen ahorros muy elevados y otros bastante modestos, lo mío está entre lo modesto y deseo que se me restituya inmediatamente.
.- No quiero que mi caso sea considerado como un experimento en el sentido de que un vil robo como este no volverá a suceder.
.- A cualquier ahorrante a plazo fijo le puede ocurrir, ya que también otros bancos han emitido títulos en custodia de bienes.
.- Por medio del Banco de Guatemala el Gobierno puede cumplir con su responsabilidad, pues es suya la culpa y de nadie más. Si quiere el Gobierno que esto no siga sucediendo es preciso ejercer un control y supervisión sobre los bancos y todo el sistema financiero.
.- De no cumplir el Gobierno estará cometiendo uno de los actos más infames de la historia nacional. Me refiero al Gobierno ya que sus negligentes funcionarios de la Superintendencia de Bancos y de la Junta Monetaria nunca actuaron conforme la Ley de Supervisión Financiera vigente.
.- La profesión de banquero viene desde antes de Cristo en la ciudad de Jericó y siglos después en el Renacimiento europeo. Sus integrantes tienen que ser honorables y honrados a carta cabal. Si roban el dinero de sus ahorrantes cae entre la población la confianza en todo el sistema bancario. Esto está sucediendo en Guatemala.
.- Las personas encuentran en los bancos seguridad y no el robo de su dinero. En las políticas económicas de los países no caben los banqueros estafadores y prófugos de la justicia.