El biocombustible del Loco


Con todo esto del problema del petróleo y de los biocombustibles se me viene a la mente algo que sucedió, no sé exactamente si en 1978 o por 1980, cuando fui invitado como conocedor del mantenimiento de aviones a una demostración de combustibles donde se colocó un motor radial similar al del C-47, uno de un camión diésel y un vehí­culo de gasolina.

Guillermo Castañeda Lee, Céd. R-19 No. 997, Teculután, Zacapa

A la demostración asistieron también altos militares de la época, otras personalidades que yo no conocí­a, unos financieros del proyecto y el creador, que según algunos de los asistentes era un ex alumno del Instituto Adolfo V. Hall que le apodaban El Loco, pues siempre hablaba de inventar cosas y otro par de pilotos invitados.

Un oficial habló sobre la propuesta que le estaban haciendo al Ejército de un combustible que no era extraí­do del petróleo y de la posibilidad de que el Congreso de los Estados Unidos pidiera al Presidente de ese paí­s que decretara un bloqueo contra Guatemala para evitar que se siguieran adelante con los planes de invadir Belice y limitar al Ejército su movilidad, al estar incluidos en el bloqueo los combustibles.

A continuación de la introducción, de un recipiente de cinco galones vaciaron un poco en una taza y lo dieron a oler a los asistentes para demostrarles que no tení­a olor a petróleo y aseguraron que el que quisiera probarlo podí­a hacerlo, pues no causaba ningún desorden estomacal. Muchos lo probaron y hubo alguno que tomó un trago y dijo que sabí­a a monte.

Después de esta increí­ble introducción se vació el lí­quido hacia unos tanques vací­os que estaban conectados a los motores y se empezó a arrancar uno por uno, demostrando todos un funcionamiento aparentemente normal, pero reconozco que no se hizo pruebas de potencia y de otros chequeos complementarios que serí­a necesarios en estos casos.

El pero que detuvo todo, fue que querí­an por el proyecto $20 millones y ellos entregaban a cambio la fórmula y se comprometí­an a asesorar en el montaje de una fábrica para la producción de los combustibles. A los pocos dí­as estas mismas personas fueron invitadas por el gobierno de Israel para ir a ese paí­s a hacer una demostración, lo cual hicieron y les dijeron que cuando estuviera patentada la fórmula, entrarí­a en negociaciones. No sé que pasó al fin, pero parece que El Loco no estaba preparado para eliminar los restos de combustible que quedaron impregnados en los depósitos, pero esto no lo podrí­a asegurar.

Se me ocurre que algunos de los asistentes estarán vivos, pues habí­an personas de mi edad y un hijo de los financistas que era muy joven, conocido mí­o, pero desafortunadamente no recuerdo su nombre, por lo que si lee este artí­culo, me gustarí­a saludarlo y así­ que pudiéramos ampliar los detalles de lo que sucedió con las demostraciones, para que la conozcan todos los guatemaltecos.

Esta nota la escribo, pues de repente un guatemalteco apodado El Loco es el que ha revolucionado el mundo con eso de los biocombustibles y por desconocimiento de cómo se mueve eso de las patentes mundiales, no se le conoce como celebridad, aunque en esos años, alguien que dijera que podí­a mover un vehí­culo sin usar petróleo, de verdad habí­a razones para llamarlo loco.