EL BELLO COLOR NEGRO


Vestido de etiqueta para una suntuosa ceremonia, el profundo color negro del fino casimir inglés le hací­a lucir elegantí­simo. Era un bello color negro.

Dr. Carlos Pérez Avendaño

Minutos antes de salir de casa decidió, a última hora, beber rápidamente un vaso de leche, pero, por la prisa con que lo hizo, una gota cayó sobre la leva y manchó de blanco, aquel inmaculado color negro.

Era el caso del blanco manchando lo negro, cuando generalmente es el negro el que mancha lo blanco.

Barack Obama, es un precandidato por el partido Demócrata para la presidencia de los Estados Unidos, y, con Hillary Clinton son los dos más fuertes aspirantes. Sin embargo, la Hillary va a la cabeza. Lo curioso es que según nos cuenta Orlando Patterson, editorialista de TIME, es entre los negros americanos que Hillary está 40 puntos arriba que Barack, y eso a pesar de que Barack es negro.

Cualquiera hubiera adivinado que siendo la primera vez en la historia que un negro aspira a ser presidente de los Estados Unidos, la población negra se volcarí­a a respaldarlo, pero no es así­. La mayorí­a de los negros apuesta a favor de la senadora blanca.

Ahora resulta que así­ como los blancos racistas excluí­an de su raza a aquellos que tení­an algo de negro, ahora son los negros racistas los que discriminan a los negros que han manchado su traje de etiqueta con una mancha de salsa blanca. Barack Obama es un mulato, un profesional que ha descollado intelectualmente y quien poseedor de un significativo sentido social lo ha confirmado con su trabajo en los ghettos.

Polí­ticamente hablando Barack Obama es exitoso y así­ lo demuestran y lo respaldan más que millares de blancos que, según las encuestas, están a su favor.

Además del trascendental significado que, para el futuro de la nación estadounidense tendrí­a el elegir a un negro como su presidente, este acontecimiento señala un nuevo sesgo en la determinación de la identidad. Parece que en el futuro, el estar manchado de blanco, o el estar manchado de negro, será determinante a la hora de una votación. ¿Deberá ser de importancia el ser cien por ciento blanco o negro?

Y usted, estimado lector, ¿cree que Barack Obama es un blanco manchado de negro, o es un negro manchado de blanco?

Los negros, que durante tantos años han luchado en contra de la discriminación racial, sobre todo por el color de la piel, han cambiado, y ahora ellos son discriminadores. Y esto no es del diente al labio, sino un hecho que las encuestas así­ lo confirman.

Desde el punto de vista de la belleza fí­sica, uno se pregunta qué es más bello, si un traje de etiqueta de color blanco con inmaculada blancura u otro también de etiqueta, de profundo color negro.

Y el Señor Dios, ante la vileza del hombre discriminado, decidió castigarlo e hizo desaparecer de la Tierra, el sentido de la vista y el hombre quedó completamente ciego y no pudiendo ver lo blanco ni lo negro acabó con la discriminación