El barril de Brent rozó hoy en Londres su récord histórico de 78,40 dólares, estimulado por la actividad especulativa de los fondos de inversiones, los temores vinculados al abastecimiento de gasolina en Estados Unidos y la inseguridad y la violencia en Nigeria.
Hacia las 10H30 GMT, en el Intercontinental Exchange de Londres, el barril de Brent del mar del Norte para entrega en agosto ganaba 18 centavos a 77,75 dólares.
En Nueva York, la cotización del «light sweet crude» alcanzó también su máximo nivel desde el 11 de agosto de 2006, a 74,44 dólares, y valía 74,01 dólares hacia las 10H30 GMT.
Las cotizaciones de crudo están en las puertas de sus récords históricos alcanzados en agosto de 2006. El «light sweet crude» alcanzó los 78,40 dólares en Nueva York el 14 de julio de 2006, en momentos en que la invasión israelí de Líbano estimulaba las cotizaciones y cuando la tensión por el dossier nuclear iraní se hallaba en su máximo nivel.
Tres semanas más tardes, el 7 de agosto de 2006, el barril de Brent alcanzó los 78,64 dólares en Londres.
Desde hace varias semanas, las cotizaciones del petróleo son impulsadas por el temor de que la oferta de gasolina en Estados Unidos no responda a la alta demanda de la temporada estival.
Según el informe publicado la semana pasada por el departamento de Energía estadounidense, las refinerías estadounidenses funcionaron en 90,2% de sus capacidades en la semana culminada el 6 de julio. Idealmente, deberían funcionar a un 95% para responder a la fuerte alza de la demanda. Las reservas de gasolina estadounidenses permanecen inferiores en 3,8% a su nivel del año pasado.
Las cotizaciones permanecen además sostenidas por las tensiones en Nigeria, donde secuestros y ataques se suceden a un ritmo inquietante, por los riesgos ligados a la temporada de huracanes en Estados Unidos, que recién comienza, y por el contencioso sobre el dossier nuclear entre Irán y Occidente.
Estos factores atrayeron el dinero de los fondos especulativos, que esperan beneficiarse de nuevos récords del oro negro, mientras la desaceleración económica estadounidense desvía parcialmente a los inversores de Wall Street y los lanza a la búsqueda de activos alternativos.
«En la medida en que la economía estadounidense es un poco débil, los fondos están a la búsqueda de ganancias en otros mercados», explicó a la AFP un corredor.
En este contexto tenso, todo anuncio que sugiera un problema de oferta puede implicar una nueva alza de los precios.
«Nos enteramos de que un oleoducto que transporta gas a Reino Unido está fuera de uso por unas semanas», explicó un analista de la casa de corretaje Sucden.
«Aunque el impacto sobre la producción de petróleo sea difícil de establecer, esta noticia llega en un momento en que los inversores que especulan al alza poseen el control del mercado», agregó.
A más largo plazo, el mercado se inquieta por un ajuste de la oferta mundial en relación a la demanda.
En su informe mensual publicado el viernes, la Agencia Internacional de Energía (AIE) anticipó un alza de la demanda el año próximo ( 2,5%) a 88,2 mbd, en previsión de un invierno más riguroso que el de este año, y de una subida de la demanda de los países emergentes, sobre todo China y Oriente Medio.
«La probabilidad de batir los récords de agosto pasado es fuerte», estimó Paul Harris, analista del Bank of Ireland.
«Los problemas de mantenimiento (de las refinerías) y una demanda muy robusta seguirán centrando las preocupaciones de los inversores», añadió.