El balón oficial del Mundial-2010, el Jabulani, continúa estando en el centro de la polémica, esta vez tras los primeros partidos en el torneo, que para muchos detractores confirman que sus características no son las mejores y que complican la tarea de los porteros.
En el otro lado del debate, la Federación Internacional (FIFA) y la marca Adidas, su creadora, continúan defendiéndolo.
El arquero español Iker Casillas lo calificó en la preparación mundialista como «balón de playa», el brasileño Julio César como «pelota de supermercado» y el chileno Claudio Bravo consideró que era más apropiado para jugar al vóley-playa. El italiano Gianluigi Buffon también se sumó a la ola de críticas.
En los primeros partidos, varios porteros han sido ya protagonistas de la competición por errores garrafales, sobre todo el inglés Robert Green y el argelino Faouzi Chaouchi, tras los cuales algunos han visto la huella del Jabulani.
«Es un balón un poco especial, es difícil de controlar en los pases en largo. Los porteros creen que es difícil», explicó el esloveno Robert Koren, autor del tanto que sirvió para derrotar a los argelinos (1-0) el domingo. «El balón tuvo un papel importante en mi gol», llegó a admitir.
Un investigador australiano estudió las condiciones de la pelota y concluyó que el Jabulani va más veloz y se deforma más rápido que otros balones, además de que sus características favorecen los movimientos extraños en el aire.
«Eso significa que el portero ya no puede anticiparse», estima Derek Leinweber, de la Universidad de Adelaida.
Pero tanto Adidas como la FIFA continúan firmes en sus posiciones y han respondido con una contra-investigación.
«Hay consignas estrictas de la FIFA sobre el balón. No sólo este balón cumple con ellas, sino que supera los requisitos. Nuestro balón fue analizado y recibió el mayor índice de aprobación», se defendió la marca alemana.
«El balón se presentó en diciembre. Desde entonces, se ha utilizado en Estados Unidos, en Alemania, en Argentina… sin recibir ningún comentario negativo», añadió. «No hay ninguna razón para cambiar el balón, es el mejor que hemos creado», aseveró.
La FIFA apuesta por su colaborador histórico y rechaza las críticas. «El balón fue analizado y aprobado, no recibimos quejas de los equipos que pudieron probarlo desde febrero», explicó Nicolas Maingot, jefe de prensa de la FIFA.
Entre los jugadores, Green y Chaouchi rechazaron culpar al balón de sus errores, asumiendo el peso del factor humano en las jugadas en las que recibieron los comentados goles.
El Balón de Oro de 2008, el portugués Cristiano Ronaldo, trató de cerrar la polémica, siguiendo su ejemplo. «Tenemos que adaptarnos, que sea bueno o malo ya no sirve de nada. Tengo la seguridad de que las cosas irán bien, los regates, los disparos y los saques de esquina», dijo el astro del Real Madrid.
Pero a pesar de estos llamamientos a la calma, el huracán parece lejos de remitir y los próximos partidos serán clave para saber si la polémica pierde fuerza o regresa aún más reforzada.