El avión de Tomza


Editorial_LH

Si el Gobierno hubiera comprado un avión para permitirle al presidente Colom viajar como le gusta, en nave privada y a cuerpo de rey, seguramente nos hubiera salido más barato a los guatemaltecos que esa maña de andar viajando de regalado a bordo del avión de los mexicanos que tienen el control del negocio del gas propano en Guatemala y que ahora prácticamente tienen ya luz verde para aprovecharse del área protegida para construir sus depósitos.

 


Indigna ver la forma en que ahora se modifica el concepto de área protegida cuando el ministro de Ambiente dice de manera cí­nica que hay que entender que esos espacios tienen que aprovecharse para producir y generar. Entonces, preguntamos, para qué diablos se les declara áreas protegidas si basta una orden del Presidente de la República (ahora que aparentemente ya es él quien da órdenes a sus ministros) para que se permita la construcción de un proyecto que fue rechazado por otros paí­ses precisamente porque no habí­a estudios de impacto ambiental confiables. Y eso que no se estaba hablando entonces de áreas protegidas como ocurre en Guatemala.
 
 Cómo no va a ser corrupción que a cambio de prestarle el avión al Presidente, el señor Tomás Zaragoza se pueda beneficiar con un favor de Estado como el de la licencia para construir en área protegida sus depósitos para descargar el gas propano. Pero lo peor es que se trata no sólo de un acto de corrupción sino de un acto de cinismo extremo porque es decirnos a los guatemaltecos ese famoso “sí­â€¦ y qué” que nosotros aguantamos con tanta frecuencia sin chistar.
 
 Ni Colom tendrá que sufrir rubor alguno por pagar uno de los tantos favores recibidos a lo largo de su carrera polí­tica ni Zaragoza se verá afectado por la disminución de sus ventas en este paí­s donde la sangre de horchata nos hace a todos aceptar que así­ es la vida. Puro tráfico de influencias y porquerí­as realizadas a la luz del sol sin que nadie, absolutamente nadie, tenga que responder por las evidentes mañoserí­as.
 
 Si por haberle prestado el avión de la empresa Tomza se pasan por el arco del triunfo el interés nacional y hasta cambian el concepto de lo que son las áreas protegidas, cuánto no hará para pagarle los favores a sus financistas que en estos cuatro años se han hartado hasta el cansancio. Lo de venderle el alma al diablo para alcanzar el poder no es un eufemismo y menos si lo vemos en comparación con el pinche favor que encandila a un pobre diablo, como ese de viajar en un jet privado.

Minutero:
Hay que ser un acabado 
para pagar así­ el favor;
ha de sentir gran honor
de subirse a jet privado