El atolondre


Las y los psiquiatras utilizamos palabras y conceptos para describir el examen mental de una persona, sin embargo, estos algunas veces son traducciones de otros idiomas y otras culturas. Hablar del atolondre, es una invitación a pensar en nuestro lenguaje local, en nuestro contexto sociocultural. Si tuviéramos que realizar una clasificación diagnóstica en Guatemala, podrí­amos concebir «EL ATOLONDRE», como un elemento más de nuestra evaluación mental o posiblemente como una entidad clí­nica.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi
crismodenesi@gmail.com

Este es un concepto que lo utilizamos en nuestro lenguaje popular, en nuestras conversaciones corrientes. Para indicar que una persona se encuentra distraí­da, no es «chispudita», le cuesta comprender, es torpe, no logra focalizar ni organizar lo que se le está solicitando o lo que debe realizar en un momento exacto.

Al buscar en el diccionario de sinónimos encontramos que la palabra atolondramiento significa también: alelamiento, aturdimiento, alocamiento, ligereza, imprudencia, impetuosidad, precipitación, irreflexión, confusión, distracción, atarugamiento, disparate y pueda ser también locura. Entre sus antónimos: la sensatez, la prudencia, el juicio y la discreción.

Algunas personas se pueden sentir, incluso, ofendidas por ser tratadas de atolondradas, pero, en nuestro contexto sociocultural la palabra va relacionada a una conducta llena de ingenuidad, credulidad y de personas que simplemente se encuentran transitando una situación determinada con manejo de estrés o simplemente se sienten enamoradas. También es frecuente escuchar esta palabra al referirnos a las y los adolescentes.

Nunca pero nunca en mí­ práctica como psiquiatra he leí­do un examen mental que diga: «paciente luce atolondrada». ¿Y por qué no? Es verdad que pueda ser que se compliquen las cosas, y que el lenguaje no sea comprendido de manera universal. Sin embargo, pienso que es necesario expresarnos con nuestra propia voz interna. Que si vamos a evaluar a una persona que sabe de futbol, de construcción, es albañil o agricultor le preguntemos en un lenguaje coloquial de lo que más sabe y expresemos exactamente lo que nos plantea o nos sugiere al respondernos utilizando de la mejor forma sus propias palabras.

El atolondre podrí­a ser parte de una expresión del sentir de una persona que no necesariamente exprese una enfermedad mental, aunque sí­ un cambio momentáneo, o un rasgo de personalidad de alguien, sobre todo si esta manifestación se produce de manera crónica.

Una persona suele referirse a sí­ misma atolondrada, cuando cambia su contexto socio cultural y necesita mecanismos para afrontar nuevos o desconocidos. Ejemplo: Un vecino del área rural que migra a otro paí­s o simplemente a la capital.

Este verbo me resulta en particular agradable de mencionar y escuchar; la conjugación de atolondrar en el presente es de la siguiente manera: Yo me atolondro; tú te atolondras; él, ella o usted se atolondra; nosotros atolondramos; vosotros atolondráis; ellos, ellas, ustedes atolondran.

Con el tema de ¿Es un insulto? Yo dirí­a que no, solamente es una expresión que indica nuestra falta de pericia en determinado momento, nuestro letargo ante la necesidad de realizar algo preciso y concreto.

Es un llamado de atención ante una conducta aceptable socialmente, que algunas veces nos desespera, pero, al fin de cuentas todas las personas podemos incurrir en ella.

Quisiera analizar que muchos conceptos que nos son propios por ser guatemaltecos, o ser latinos. No figuran en la posibilidad de describir un estado emocional, o del pensamiento dentro de la descripción clí­nica de una evaluación mental.

Me gustarí­a sugerir que tomemos en consideración nuestro folklore, nuestras expresiones propias para poder entender de manera más simple, situaciones que en ocasiones nos resultan complejas.

La psiquiatrí­a muchas veces traduce los textos, las citas y los argumentos que otras culturas nos proporcionan. No creo que sea necesario descubrir el agua azucarada, si no la sugerencia concreta es, que incluyamos elementos propios de la expresión de la comunicación verbal y no verbal de nuestros paí­ses, para describir lo que observamos.

Espero que no haya tenido oportunidad de atolondrar a nadie y deseando esto, finalizo el tema.