El Atlético de Madrid continúa sin encontrar el tono adecuado para disputar la fase previa de la Champions y no pasó del empate (1-1) ante un PSG que estuvo gran parte del choque con un hombre menos. Agí¼ero adelantó a los rojiblancos de penalti pero Giuly recompensó el juego del conjunto francés en la segunda mitad.
El Atlético sigue sin ofrecer una buena imagen…y ya sólo queda un ensayo antes del primer partido importante de la temporada.
No es para preocuparse pero tampoco para tomárselo a broma. Abel aún tiene muchas piezas que encajar y su futuro europeo está a la vuelta de la esquina. En su penúltima prueba antes de la gran cita, Abel optó por un once nuevo, con el único mantenimiento de Agí¼ero en el once.
Con Simao y Maxi en la bandas, probó un trivote en el centro del campo con Cléber y Koke como medios de contención y Jurado por delante con total libertad.
La acumulación de jugadores en la zona ancha no le dio a los rojiblancos el balón. El PSG fue infinitamente mejor en el primer tiempo y sólo su falta de pólvora arriba evitó un mal mayor. Los franceses aprovecharon la debilidad de Valera en la izquierda para cargar el juego en su mejor jugador, Stephane Sessegnon.
Sin embargo, la mejor ocasión fue para el Atlético con un disparo lejano de Cléber que se encontró con el travesaño. El atasco en el mediocampo era un lastre muy pesado para los de Abel y sólo una individualidad de Agí¼ero permitió encarrilar el partido.
Al argentino le bastó medio balón en condiciones para provocar el penalti y expulsión de Baning. El «Kun» fue, junto a Jurado, lo único que se salvó de la primera mitad.
Algo mejoraron los rojiblancos tras el descanso. Jurado avisaba con un potente disparo que volvía a repeler la madera y Abel aprovechaba para seguir fogueando a sus canteranos. Borja sustituía al «Kun» y el Atlético disfrutaba de sus mejores minutos.
Pero el conformismo, la autocomplacencia y la falta de intensidad le pasó factura. En la enésima llegada de Sessegnon por banda, que superó con facilidad a un impaciente Pablo, Giuly puso las tablas en el marcador.
Volvió a aparecer, entonces, el Atlético de las peores ocasiones. Temeroso, precipitado… sólo la entrada de Pacheco, que protagonizó el tercer disparo al palo de los rojiblancos, avisó de que los de Abel seguían sobre el Emirates Stadium.
Aunque todavía queda margen de mejora, días de preparación y tiempo para adquirir el adecuado nivel físico, este Atlético ofrece síntomas de sufrir los mismos errores del pasado y de tener similares carencias. Queda tiempo, pero no tanto.