Falta un mes para que en muchas partes de España se deje de ver la televisión analógica. El cambio de sistema de transmisión está animando al consumidor a adquirir aparatos con TDT incluido, en lugar de comprar adaptadores (en torno a 30 euros). Ese cambio significará el respaldo que le faltaba al televisor plano para entrar en los hogares.
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El interés del consumidor va paralelo al industrial, que no para de lanzar nuevos modelos, siempre con más funciones y menor precio.
Los televisores planos que se han puesto a la venta estas últimas semanas han mejorado notablemente sus prestaciones. El panel de alta definición real, con 1.080 líneas horizontales o 1080 p, lo incluyen prácticamente todos los modelos de más de 32 pulgadas. Por menos de 1.000 euros se puede tener ahora un televisor de un metro de ancho con lo último en imagen y sonido.
Pese a la crisis, las ventas de televisores siguen creciendo en España, aunque a menor ritmo que en años anteriores. Si el año pasado se vendieron entre 3,7 y 3,8 millones de unidades -según el medidor de mercado que se emplee-, en 2009 se espera rozar los cuatro millones, incluso superarlos. Supone un aumento de entre el 5% y el 10%.
Más ventas, menos facturación
El problema para los fabricantes es que el precio medio del televisor sigue cayendo el 20%, con lo cual su facturación baja globalmente entre el 10% y el 15%, pese a las mayores ventas.
Para intentar mantener los ingresos, los fabricantes ofrecen televisores con más prestaciones a igual precio que el año pasado. Así, todos los televisores de 37 y más pulgadas llevan panel de 1.080 líneas, a excepción de unas pocas ofertas de 720 líneas o HD Ready.
Una prestación que los consumidores aprecian es la frecuencia de barrido de 100 hercios, el doble que la señal eléctrica. Se nota especialmente en los textos que corren por la parte inferior y en las imágenes con mucho movimiento, como la pelota de fútbol. En los paneles actuales, de todas formas, ya se ha reducido notablemente el efecto estela sin acudir a la sofisticación de duplicar o incluso cuadruplicar el barrido por interpolación de la señal de entrada.
De media, un televisor de 100 hercios cuesta 200 euros más que uno comparable de la misma marca de 50 hercios. Como referencia, un televisor de 40 o 42 pulgadas de 1.080 líneas vale de 800 a 900 euros, y 100 euros más si viene con sintonizador de alta definición.
El televisor más económico en estos momentos es el de 32 pulgadas, que incluso es más barato que el de 26 pulgadas. Se pueden encontrar ofertas de televisores de 32 pulgadas por menos de 400 euros, lo que hace que la tentación de comprar un televisor plano sea muy grande y casi no justifique adquirir un sintonizador externo de TDT para alargar la vida del televisor de tubo.
Ante la llegada inexorable de la TDT, el consumidor está sustituyendo el televisor de tubo del salón por otro plano y se está poniendo un sintonizador externo en el segundo televisor, a la espera de renovar éste al cabo de unos pocos años, según el comentario general de fabricantes y tiendas.
Oferta agresiva
El grueso de las ventas de los televisores de salón es acaparado por las marcas de gran prestigio, que compiten fuertemente entre sí y sin dejar muchas opciones a las marcas blancas. Samsung, Sony, LG y Philips son las marcas con mayor presencia en las tiendas, aunque las otras, como Sharp, Panasonic, Toshiba, Grundig y Loewe, no se dejan acorralar, con mayores prestaciones o mejor precio. Oki es quizá la excepción, ya que es una marca sobre todo de impresoras, pero que está vendiendo mucho en los hipermercados gracias a sus precios agresivos.
Cada marca muestra argumentos de peso en su favor, dentro de una oferta de gran calidad y precio similar. Samsung apuesta por la iluminación trasera en los bordes mediante lámparas LED, que ofrece mejor contraste y negros más profundos. Sony hace énfasis en los 100 hercios, conectividad DLNA y marcos de distinto diseño. LG en los 100 hercios y bajo consumo mientras Philips sigue con el marco que ilumina la pared y la conectividad. Sharp destaca el tema ecológico, como también lo hace Panasonic con sus paneles de plasma de bajo consumo y alto contraste. Toshiba ha desarrollado Resolution Plus, una tecnología que mejora la imagen que viene de la antena y tiene precios muy agresivos. Grundig enfatiza la ecología y Loewe, el diseño. La apariencia externa, en todos los casos, es muy depurada.