El materialismo pretende enseñorearse de nuestro alborotado globo terráqueo, pero tropieza con los insalvables escollos de diversos credos, incluido el católico que está arraigado en millones y millones de seres humanos diseminados en gran parte de la redondez del planeta.
Hay toda una variedad de credos, además del católico, que también son murallas invulnerables en la que se estrellan los materialistas, los farsantes, charlatanes y estafadores de la fe, incluso hay tontainas o idiotas de remate que creen en fetiches como del desierto…
Recientemente intentó poner sus plantas en nuestro suelo el puertorriqueño José de Jesús Miranda, quien se jacta, por supuesta convicción o por mera conveniencia, de ser Jesucristo hombre, enviado de Dios a la Tierra.
En los Estados Unidos de América fundó Miranda el grupo Creciendo en Gracia, que se acerca al ateísmo o a lo diabólico, y le ha ido bien, de maravillas, en lo económico…
El solo anuncio de que el citado personaje se disponía a visitar nuestro solar, con propósito de catequización, produjo gran revuelo, y es que, indiscutiblemente, el pueblo de Guatemala es predominantemente católico, por lo que toda una tolvanera de oposición no se hizo esperar.
El protestantismo a la vez ha logrado ocupar considerable espacio en nuestro país, por lo que algunos pastores alzaron su voz contra la nada grata visita del tristemente célebre «anticristo»…
La Iglesia Católica fue fundada por Jesucristo y tiene un carácter universal. El Dios hecho hombre en la Tierra ?Jesús? dijo a Simón Pedro: «Bienaventurado eres, Simón Bar-Yoná, porque tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos»…
San Pedro, valga decir, fue el primer Papa y es el representante de Dios en la Tierra.
Han surgido muchas sectas, pero ninguna tiene los sagrados principios y valores de la religión católica. Sin embargo, el II Concilio Vaticano, celebrado hace alrededor de 15 años, reconoció como religiones a determinadas «sectas de hermanos separados» (hay quienes despectivamente les dicen «hermanos renegados»).
Martín Lutero, por ejemplo, se separó del catolicismo para crear el protestantismo, pero ya en los umbrales de la muerte se arrepintió de haber abjurado la religión católica. Reconoció, sencillamente, ¡un gran error!
El Anticristo es el nombre con que San Juan Evangelista designa al principal antagonista de Cristo, que le precederá en su segundo advenimiento (la parusía) antes del fin del mundo, y cuya actividad se relacionará directamente con una extensa apostasía de la fe cristiana.
La exégesis católica no permite que se considere al Anticristo como un simple símbolo del espíritu anticristiano, sino que insiste en la realidad de su personalidad.
Pero retomemos lo esencial del tema. El llamado «anticristo» puertorriqueño no es más que un aberrado religioso, dizque religioso. Se jacta de tener ya muchos seguidores, entre ellos buen número de mentalidad satánica y ateos «convencidos» que, como suele comentarse entre la gente, a la hora cero, cuando sientan que las agujas del reloj (el corazón) se están deteniendo, a lo mejor dirán que son «ateos» por la gracia de Dios…
Debemos decir, sin ánimo de seguir abusando de la paciencia de los lectores del vespertino LA HORA que, como expresa el libro de todos los tiempos (la Biblia), la fe no es enemiga de la razón, como los ateos la pretenden, sino un faro. La negación de Dios es más del corazón que del intelecto.
Y que perdonen el «marimbazo» los señores anticristianos…