Está nuevamente en boga el tema del Anticristo, e incluso un fulano ha decidido autonombrarse así, y como es natural, ya se va gastando bastante tinta de imprenta barajando ideas alrededor suyo, e incluso ya tiene seguidores, lo que demuestra la ansiedad por contar con un líder, del cual se carece a nivel internacional, lo que constituye magnífico caldo para darle sabor.
Pero lo que a mí se me ocurre es que la profecía que lo creó en aquellos remotos tiempos, no se refería a un individuo en sí, puesto que no tendría, hacia estas épocas, otro ser viviente en contra de quién luchar, porque de organizarse foros, se quedaría hablando solo.
Así las cosas, bajo mi óptica, el Anticristo profetizado hacía referencia a una ideología, porque ésta sí captaría masas enteras de seguidores hasta constituirse en una mística, como ha sucedido con el comunismo que se le combate y vuelve a echar raíces y así será, en tanto existan grandes diferencias económico-sociales.
Recuerdo haber leído de la bestia que surgirá del mar (¿los ovnis, que según parece tienen bases submarinas)? y el 666, número de la bestia. La profecía no define cuál será esa bestia, me parece también algo simbólico.
También recuerdo que años atrás se habló mucho del Anticristo, incluso predicadores callejeros llamaban al arrepentimiento, echarse cenizas en el cuerpo y vestirse con sacos de brin, porque a los que no anduvieran así, el ángel del Señor les cortaría la cabeza con su filosa espada. ¡Vaya ángel y vaya Señor!
He leído también de quienes abogan porque se le permita entrar al país porque aquí existe libertad de cultos, pero este «Anticristo» no constituye un culto, es una simple ocurrencia. Ya en otra oportunidad, muchos lo recordarán, vino un individuo que se autoproclamó Rey del Mundo, y se sentó varios días, en una silla lujosa, frente al Palacio Nacional. El Anticristo ya hace tiempo que está entre nosotros, silencioso y se ha apoderado de grandes masas de seguidores a nivel mundial cristiano, y es precisamente el descreimiento y hasta blasfemo, de acuerdo a las doctrinas cristianas, la ignorancia de quien fue El Cristo Redentor. Al respecto se ha hablado de algo que parece chiste, pero a lo mejor no lo es, de que el alumno de un colegio en la clase de Historia Universal, le preguntó la maestra, ¿Qué significan las siglas: a.C. y d.C.?, el alumno respondió: «Antes de Colón, y, después de Colón». Desconocimiento y negación de Cristo. El AntiCristo.
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