«…El análisis crítico del discurso -ACD- se ha ido convirtiendo en la denominación genérica que se aplica a un planteamiento especial dedicado a estudiar los textos… y que emerge de la crítica lingí¼ística, la crítica semiótica y, en general, del modo sociopolítico consciente y oposicionista en que se investiga el lenguaje, el discurso y la comunicación?»
(van Dijk, Teun A., Racismo y análisis críticos de los medios (1995),
Paidós Comunicación, Barcelona
http://ramiromacdonald.blogspot.es/
Ese libro (y su autor) son referentes clásicos en las Ciencias de la comunicación en el mundo entero. Por eso, la semana pasada, cuando se efectuó el Seminario Hacia la construcción de un espacio público incluyente, organizado por el Instituto de Lingí¼ística y Educación de la Universidad Rafael Landívar, junto a varias organizaciones, van Dijk fue citado reiteradamente. í‰l fue el invitado de honor.
En nuestra imaginación, estuvo en primera fila (aunque no tuviéramos ese privilegio).
Este connotadísimo académico, nacido en Naaldwijk, Países Bajos, ha logrado insertar a nivel universal, en el mundo académico, el Análisis Crítico del Discurso, ACD. Esta corriente se dirige más hacia los problemas o los temas que hacia los paradigmas, es decir, busca los asuntos sociales relevantes: como el sexismo, el racismo, el colonialismo y otras formas de desigualdad social.
El ACD busca que todos optemos por asumir una postura crítica frente al texto y al habla. ¡Si usted supiera lo racista y sexista que somos en nuestra habla común… le daría pena constatar que reproducimos sin darnos cuenta, un discurso personal, terriblemente colonizado! Pero eso fue lo interesante de este seminario: asumir que debemos evitarlo ¡Al máximo!
El ACD forma parte de un amplio espectro de estudios críticos, a menudo marginales o marginalizados, sobre Humanidades y Ciencias Sociales. Los estudios se dan en todos los niveles y dimensiones del discurso, es decir gramaticales (fonología, sintaxis, semántica) estilo, retórica, organización esquemática, actos de habla, etc. No se limita a discursos puramente «verbales» sino en otras dimensiones semióticas: imágenes, películas, sonido, música, etc.
Siguiendo las ideas centrales de van Dijk, el ACD se centra en las relaciones de poder, dominación y desigualdad. Pero también, de la manera cómo los integrantes de un grupo social los reproducen a través del discurso o les oponen resistencia. Busca descubrir y revelar lo que está implícito, o que no es obvio en las relaciones de dominación discursiva y sus ideologías subyacentes. El ACD se centra en poner en relieve las estrategias de manipulación, legitimización, creación de consensos y otros mecanismos discursivos que influyen en el pensamiento (y acciones) en beneficio de los más poderosos, en especial de aquellos que abusan de su poder.
Y para entender el papel que juegan los medios de comunicación y los periodistas, en ese juego de reproducir los discursos racistas, sexistas y colonizadores, cito una reciente entrevista de van Dijk, cuando opinó: «?Hay muy poco en el periódico que es producción del mismo periodista, un alto porcentaje proviene de fuentes de afuera del periódico. El 90 por ciento de esas fuentes de información forma parte de las élites (de todo tipo). Estas élites definen la forma como se llaman las cosas en el mundo de lo público, porque las noticias se hacen con «textos» que producen esas fuentes?»
Por eso el periodista tiene una misión fundamental de intermediación. El autor señala: «?la mayor parte del racismo y de las palabras de la discriminación no se inventa en la calle, sino que vienen de las élites. Entonces, cómo se puede influir en las relaciones sociales, si no es a través de los medios de comunicación y de los políticos que se citan a través de medios. El racismo de los sectores populares se hace visible a través de los medios de comunicación que reproducen esos discursos de discriminación. No los ignora, sino que los enfatiza?»