En esto, el Gobierno poco puede hacer, ciertamente provoca revueltas en muchos paí­ses, y aquí­ podrí­a ocurrir igual. La escasez de alimentos se debe a la dificultad de accederlos, la producción mundial no crece proporcionalmente al aumento de la población. El precio no es el real, por la especulación de los inversionistas. Esta crisis no es coyuntural, imposible de revertirla con actos heroicos, responde a causas más delicadas, los engranajes de la producción, transformación y distribución de los alimentos, aumenta su valor comercial, y además se requiere una percepción humana, de acatar los derechos de los pueblos, de mantenerlos sanos y fuertes, para atender sus quehaceres a favor de sus familias y de la nación.