No se trata de extorsiones de los desviados de la Mara 18 o la Salvatrucha, ni tampoco de sus burdas ingenierías financieras como presionar violentamente a tirios y troyanos para el pago del Bono Navideño.
Se trata nada menos que de la intervención –gracias a orden del Juez Segundo de Instancia Penal y las investigaciones de la Fiscalía contra el Crimen Organizado–, de uno de los establecimientos mercantiles más renombrados del turismo guatemalteco: el Hotel Crowne Plaza, ubicado en la elegante Avenida Las Américas, y en sitio contiguo al Aeropuerto Internacional La Aurora.
El motivo de tal orden del Juez segundo resulta ser objeto de todo un estudio de caso como los que se diseñan en las más renombradas Escuelas de Administración de la región y de los Estados Unidos: el burdo lavado de dinero, producto de una acumulación espuria de capital, a partir de la puesta en juego de instrumentos financieros riesgosos, que desembocaron en estafas a personas y empresas.
De acuerdo con las noticias tempraneras de la Prensa, el esquema montado es similar al de Valat International Holdings, que según el Ministerio Público captó US$150 millones en operaciones fraudulentas.
Dicha financiera operó durante un lustro, empezando con el nuevo milenio, y era una empresa con conexiones mexicanas que captaba fondos en dólares para un selecto número de clientes que empezaban su inversión con cantidades arriba de un millón de billetes verdes.
Afortunadamente el Ministerio Público ha venido afinando sus investigaciones forenses al respecto de estas estafas, detectando que existe un estrecho vínculo entre Valat y el negocio hotelero mencionado, que ha pasado de mano en mano en varias oportunidades, al vaivén de los altibajos turísticos en el medio.
Lo vital de dilucidar y reflexionar es sobre el origen de ciertos negocios turísticos, de bienes raíces y demás en el medio, siendo que su adquisición y manejo es producto de operaciones criminales que, sin lugar a dudas pervierten el sistema de competencia, que constituye el prerrequisito básico de una economía de mercado y del ansiado Estado de Derecho criollo.
Extraña también el otorgamiento de una marca internacional de tanto prestigio, siendo que se supone que un hotel que goza de esa marca u otras similares, debiera estar imbuido de las mejores prácticas de eficiencia y gobernabilidad corporativa, principalmente cuando de cobijar y atender a selectos turistas se trata.
Lo anterior permite entretejer importantes reflexiones, siendo una de ellas la que debe efectuarse en el seno de las cámaras empresariales, el INGUAT y los entes vinculados al registro mercantil y comercial en el país.
La gobernabilidad corporativa viene siendo un tema de alta preocupación en los más renombrados centros académicos mundiales, y ponemos como ejemplo universidades como Harvard y Northwestern que vienen invirtiendo millones de dólares en el estudio y formación de cuadros gerenciales, en los que la ética cumple un papel de primer orden y no se considera un tema de relleno, como en ciertos casos se entiende en medios de negocios de mente superficial y apego al negocio fácil y redondo.
La coordinación del Ministerio Público con su par mexicano, y el robustecimiento de las investigaciones para el combate al crimen de cuello blanco son vitales entonces en lugares en donde si bien no hay tatuados ni malhablados, los perfumados gentlemen de pacotilla resultan ser puros mareros de cuello blanco.