El aeropuerto y sus servicios en Guatemala


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En cumplimiento a compromisos profesionales y personales realicé varios viajes al exterior, lo que implicó que tuviera que utilizar los aeropuertos de Guatemala, México DF, Guadalajara, Costa Rica, Lima, Perú; Santiago de Chile; Bogotá, Colombia y Managua, Nicaragua, lo que me permitió comprobar que el aeropuerto más inadecuado, peor planificado y mal mantenido es el de nuestro país.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Para abordar un avión se ingresa por el tercer nivel, después de hacer el chequeo en cualquiera de las líneas aéreas se baja al segundo nivel y se llega a las salas de abordaje; al embarcar hay que bajar dos rampas hasta el primer nivel. El retorno es más inadecuado, especialmente para las personas de la tercera edad, enfermos o minusválidos, quienes tienen que salir del avión y subir dos o tres largas rampas hasta el tercer nivel, caminar un largo pasillo, bajar nuevamente para llegar a las oficinas de Migración y desplazarse hacia las bandas donde se recibe el equipaje y de ahí al exterior del edificio, donde inclusive –cargado con maletas– hay una pequeña rampa antes de poder llegar a donde le espera su familia o tomar un taxi o vehículo que le transporte. Esto, insisto, no sucede en ningún otro aeropuerto que yo conozca.

En Costa Rica y Panamá se desembarca al mismo nivel, lo más que se requiere es bajar a otro piso para efectuar los trámites de Migración, aduana y salir al exterior donde hay áreas cubiertas como parte del edificio del aeropuerto donde reciben al viajero. Perú es, después de Guatemala, el aeropuerto más engorroso, puesto que aún en tránsito hay que realizar un largo recorrido, pasar nuevamente controles de seguridad y volver a subir al nivel en que se desembarcó para abordar su siguiente vuelo, inclusive a la misma sala donde se desembarcó. Sin embargo, los servicios de restaurante o club de atención a los pasajeros son muy buenos.

Chile y Colombia tienen amplios y adecuados espacios para desembarcar, se llega a Migración y aduana en un mismo nivel por donde los pasajeros salen a áreas techadas donde esperan sus familiares, amigos o vehículos de transporte.

En cuanto a los servicios del personal de Migración y aduana, es positivo reconocer que el personal destacado en el aeropuerto de Guatemala es igual de atento y eficiente que en el resto de los países mencionados.

Los graves defectos de infraestructura del edificio, las inadecuadas pistas de aterrizaje y de despegue, así como el que el aeropuerto esté dentro de la ciudad de Guatemala no se corrigieron a pesar de los millones que Óscar Berger dilapidó para hacer sus “movidas” y “muladas” dejándonos con ese gran mamarracho que incluso puede quedar descertificado por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)

Guatemala debe comprender que no tiene alternativa en el futuro más que la de construir un nuevo aeropuerto en la Costa Sur, a nivel del mar, atractivo, rentable y técnico para que las líneas aéreas incrementen vuelos a América del Norte, del Sur, Europa, incluso al Asia, hecho que no se dará si no existe la infraestructura que permita ser eficiente y rentable.

Con solo lotificar y vender a futuro el área del actual aeropuerto se autofinanciaría cualquier nuevo aeropuerto. No olvidemos que una manzana de terreno en la zona 13, Avenida Las Américas, vale millones, cualquier inversionista estaría anuente a comprar anticipadamente a diez años plazo parte de los terrenos que hoy no solo son un obstáculo al urbanismo, sino un peligro a la población, a la aviación comercial y civil que opera en el país.

¡Guatemala es primero!