El adiós inesperado para Facundo


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El hombre que se hací­a acompañar de una guitarra para cantarle al amor, la compasión y la equidad parecí­a que ya habí­a aprendido los secretos para disfrutar de la vida y estaba en Guatemala para demostrarlo, pero la muerte tocó a su puerta en un fatal incidente, que aparentemente no iba dirigido a él. Los dí­as pasan y los guatemaltecos deben lidiar con el adiós inesperado para Facundo Cabral, en medio de sentimientos de dolor, impotencia e indignación frente a la ola de violencia y la impunidad que cada dí­a cobra la vida de varias personas, sin que sus casos lleguen a la justicia para ser esclarecidos.

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REDACCIí“N LA HORA*
lahora@lahora.com.gt

Como ocurre pocas veces, los guatemaltecos manifestaron su dolor pública y colectivamente tras el asesinato del cantautor argentino, quien fue muerto la madrugada del sábado pasado cuando se dirigí­a al aeropuerto La Aurora para viajar a Nicaragua, luego de ofrecer una serie de conciertos en el paí­s.

Con lágrimas rodando en sus mejillas, varios seguidores del cantante improvisaron un altar y llevaron ofrendas florales frente a la estación de bomberos del Trébol, donde quedó el cuerpo del cantante; el dolor era contagioso en el lugar, pues varios de los curiosos que se acercaron para presenciar el hecho terminaron indignados luego de comprender lo que estaba pasando.

En cuestión de minutos ya se habí­a organizado una manifestación en la Plaza de la Constitución para repudiar el hecho y a la vez rechazar la ola de violencia e impunidad que parece crecer cada dí­a en Guatemala, en donde cada dí­a se reportan, en promedio, unas 17 muertes violentas.

Las manifestaciones siguieron ayer, domingo, con actos simbólicos en varias plazas y centros culturales, que rindieron homenaje al artista que inspiró a cientos de músicos y poetas, y que cambió los dí­as grises de millones de personas con sus mensajes positivos de esperanza, humanidad  y fe.

Con un luto de tres dí­as, Guatemala intenta despedir a un personaje de fama internacional, que murió como miles de guatemaltecos, ví­ctima de la violencia. Lo que aún no queda claro es si la verdad se va a conocer y si los responsables de su muerte pagarán por el crimen que cometieron.

Aunque se espera que los restos de Cabral sean repatriados próximamente, el luto y la reflexión sobre el costo humano de la violencia se quedan en Guatemala.

El Editorial de Diario La Hora lo planteó: “No fue Guatemala la que mató a Cabral, pero sí­ es Guatemala la que permitió que esos asesinos le segaran la vida y cuando decimos Guatemala nos referimos a quienes nos representan, a quienes en nombre del pueblo creen que gobiernan, porque han alentado esta vorágine de sangre desde el primer dí­a en que llegaron al poder, cuando se dedicaron con alma y corazón a promover una campaña polí­tica, descuidando lo fundamental, especialmente la seguridad de los guatemaltecos”.

“Guatemala está en el hoyo, no sólo porque ahora tocamos fondo en la imagen internacional por el asesinato incalificable y atroz de Facundo Cabral, sino porque eso apenas es un reflejo de cómo andan las cosas aquí­. Y andan así­ porque somos un pueblo que no reacciona, que no demanda, que no exige, que no reclama, que nunca se pone de pie para decir ¡Basta!”, reza el artí­culo publicado en este vespertino.

De acuerdo con publicaciones de medios nacionales, Cabral sentí­a una especial cercaní­a con Dios, y eso lo dejó ver frente a los guatemaltecos en sus últimos recitales: “Ya les di las gracias a ustedes. Las daré en Quetzaltenango (se presenta hoy), y después que sea lo que Dios quiera, porque í‰l sabe lo que hace”.

“UN HOMBRE MíSTICO”

El asesinato desató reacciones de indignación a todo nivel. Las redes sociales se llenaron de mensajes de repudio, las fotos de cientos de perfiles fueron sustituidas por listones negros o por imágenes del trovador y se podí­an leer cientos de mensajes en Facebook y Twitter condenando lo ocurrido y repitiendo algunas de las frases inmortalizadas por el artista.

La Premio Nobel de la Paz 1992 y candidata presidencial por el Frente Amplio, Rigoberta Menchú, acudió a la escena del crimen y entre llanto expresó que «para mí­ Facundo Cabral es un maestro… amó mucho a Guatemala, me dedicó frases maravillosas en su música».

«Hoy estamos repudiando un crimen más que enluta a Guatemala… un crimen más que está causando horror y miedo, no dejo de pensar que fue asesinado por sus ideales, no hay ninguna razón por la que tuviera que ser asesinado aquí­ en Guatemala», añadió la Nobel, que calificó el asesinato como una expresión del «odio del fascismo».

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró al músico argentino como «Mensajero de la Paz» en 1996, algo de lo que dijo sentirse orgulloso.

El Sistema de Naciones Unidas en Guatemala dijo en un comunicado que se une a la consternación y frustración de una sociedad guatemalteca «asediada por hechos intolerables de violencia».

«Con su voz y su canto, Facundo Cabral fue nombrado Mensajero Mundial de la Paz por la UNESCO. Resulta dolorosamente paradójico que quien recorrió Latinoamérica con un mensaje de justicia, paz y fraternidad pierda la vida el dí­a de hoy en manos de un grupo de sicarios», lamentó la ONU.

En el ámbito internacional, el cantante y compositor Alberto Cortez, entrevistado por la radio colombiana Caracol, expresó su tristeza «ante la noticia tan terrorí­fica que hemos recibido».

«Uno no sabe por qué suceden esas cosas, pero suceden y entonces no (se) encuentra consuelo», agregó Cortez, quien grabó junto a su colega y amigo los discos «Lo Cortez no quita lo Cabral», «Cortesí­as y Cabralidades», entre otros que promocionaron juntos en largas y exitosas giras internacionales.

«Facundo era un hombre mí­stico, un hombre de paz, un hombre tranquilo, un hombre que no insultó nunca a nadie», aseguró Cortez.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, lamentó el asesinato durante un acto público en Bogotá. «Muchos de ustedes deben ser fans de Facundo Cabral y toda América Latina y nosotros aquí­ en Colombia, yo personalmente, lamento este vil asesinato», expresó.

En su cuenta de Twitter, el presidente venezolano Hugo Chávez elogió la figura de Cabral y expresó dolor por su muerte

«Â¡Ay que dolor! Mataron al Gran Trovador de Las Pampas! Viva Facundo Cabral! Lloremos con Argentina y con toda Nuestra Patria Grande!», escribió Chávez.

También el presidente de Ecuador, Rafael Correa, empezó su programa radial sabatino entonando una parte del tema «Pobrecito mi patrón» y calificó el crimen como «una estupidez». «Si fue por venganza lo han llenado de gloria, lo han inmortalizado… aunque ya estaba inmortalizado por sus canciones», afirmó.

Otro que escribió en Twitter fue el canciller argentino Héctor Timerman, quien manifestó una «gran tristeza por el asesinato». El cantante puertorriqueño de Calle 13 René Pérez Joglar expresó «lamentable el asesinato de Facundo Cabral. Una lástima que ocurran semejantes atrocidades».

La cantante argentina Isabel de Sebastián describió a Cabral como «un predicador de verdades simples y cotidianas. Luego de sus conciertos uno se iba con la sensación de que nuestra vida era más rica, más misteriosa y más profunda».

3,000 KILí“METROS

Aunque la asistencia no fue la que se esperaba, hubo manifestaciones de condena a la violencia que esta vez habí­a acabado con la vida de un músico argentino, que en su vida habí­a declarado su oposición a las injusticias y la inequidad.

El trovador argentino se consideraba a sí­ mismo «un contador de historias que además canta» y fue autor de temas como «No soy de aquí­ ni soy de allá», el cual cantaron figuras como Vicente Fernández, Julio Iglesias y Lola Flores y del que, según el autor, existen cerca de 700 versiones en 27 lenguas.

Hizo dúos con compositores como Pedro Vargas y Neil Diamond.

Oriundo de la Patagonia argentina, Cabral relató en una entrevista en Miami en el 2008 que a los nueve años caminó 3.000 kilómetros hasta que llegó a Buenos Aires buscando un trabajo para su madre, con la que quedó junto a seis hermanos después de que su padre los abandonó.

En sus conciertos, además de interpretar sus canciones, deleitaba al público con anécdotas y lo inspiraba con una filosofí­a en la que proclamaba amar a la vida a pesar de las peores adversidades. Solí­a citar a escritores como Walt Whitman y Jorge Luis Borges.

En 1976 dejó Argentina en medio de la dictadura militar y se radicó en México.

«Todos los dí­as me siento en el sillón y doy gracias a la noche», manifestó Cabral en la entrevista del 2008. «Siempre le pregunto a Dios, ¿por qué a mí­ tanto me diste? Me diste miseria, hambre, felicidad, lucha, luces… vi todo. Sé que hay cáncer, sí­filis y primavera, y buñuelos de manzana», dijo el cantante en esa oportunidad.

Fue analfabeto hasta los 14 años, pero después conoció a Borges, Chagal y la madre Teresa, contó en la entrevista.

Entre los discos que grabó figuran «Mi vida», «Ferrocabral», «Facundo secreto», «Cabralgando» de los que se extraen temas como «Yo quiero ser bombero» y «Pobrecito mi patrón».

«Amo tanto la vida porque me costó tanto gozarla … me costó mucho sentir que era protagonista y no una basura», relató el músico y escritor, cuya mujer e hija murieron en un accidente aéreo, perdió la vista totalmente durante una época de su vida y sobrevivió a un cáncer.

*Con información de El Paí­s, The Associated Press y La Hora.

“Siempre le pregunto a Dios, ¿por qué a mí­ tanto me diste? Me diste miseria, hambre, felicidad, lucha, luces… vi todo. Sé que hay cáncer, sí­filis y primavera, y buñuelos de manzana»
Facundo Cabral
Cantautor argentino