El hambre en América Latina y el Caribe afecta a 49 millones de personas a pesar de que en los últimos veinte años 16 millones de personas dejaron esta condición, ha señalado el Panorama de las Seguridad Regional de la FAO, en el cual Guatemala ocupa el penúltimo lugar en América, con un estimado de 30 por ciento con problemas de hambre.
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“Si bien América Latina es la región que más ha avanzado en reducir el hambre a nivel mundial, en los últimos años la tendencia en la reducción se desaceleró producto del impacto de las crisis económicas”, señaló la Oficina Regional de la FAO.
Nueve de los 33 países de la región cuentan con una tasa de prevalencia de hambre inferior al 5 por ciento, mientras que en 16 de ellos la tasa es superior al 10 por ciento. Los países más afectados por al hambre en la región son Haití con prevalencia de 44.5 por ciento, Guatemala 30.4, Paraguay 25.5, Bolivia 24.1, y Nicaragua con 20.1por ciento.
Esto no se explica por una insuficiente producción o por falta de abastecimiento, sino por la falta de acceso a los alimentos por sectores de la población que no cuentan con suficientes ingresos para ello.
Sin embargo, el Ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), Efraín Medina, dice que se está trabajando para mitigar el hambre, principalmente con el Pacto Hambre Cero, pero reconoce que este es un flagelo que se ve reflejado en la desnutrición crónica y desnutrición aguda en los niños del país.
Medina indica que para combatir el hambre se está realizando la fortificación de alimentos, con el objetivo de tener un complemento nutricional “estamos impulsado como plan piloto la fortificación de harina de maíz, con principales complementos nutritivos, vitamina A, B, Ácido Fólico y algunos otros elementos como el Hierro o el Zinc”.
El Ministro dijo que también se cuentan con programas para impulsar la producción de alimentos, la entrega de alimentos por acciones para las comunidades más pobres y extrema pobreza, además de un programa de asistencia de créditos, para lograr la producción de granos básicos principalmente en maíz y frijol.
Según Medina entre otras acciones se encuentra la entrega de semillas mejoradas y fertilizantes para mejorar la producción, principalmente de la agricultura familiar, priorizando a productores de infra-subsistencia y subsistencia.
Entre tanto Alejandro Aguirre, Coordinador del Instituto por la Democracia ID, de Congcoop, manifiesta que el Plan Hambre Cero “es más bien de solo buenas intenciones, porque en la práctica se puede ver que no ataca el problema de fondo como lo es el hambre”.
Aguirre dice que lo que más prevalece en el MAGA son los programas asistencialistas como la entrega de alimentos y fertilizantes, pero lo que se debe de realizar es el apoyo en la producción de granos básicos para alimentos.
Zully Morales, de Congcoop, informa que el MAGA es uno de los pilares fundamentales en el Plan Hambre Cero, sin embargo, no se puede decir que se está trabajando en ese plan para mitigar el hambre, puesto que en el mismo Ministerio se han realizado grandes recortes a programas que están destinados a seguridad alimentaria y al desarrollo rural agropecuario que son recursos que están en dicho plan.
“No se puede decir que se está coadyuvando a disminuir la desnutrición, cuando son 211.97 millones que le recortaron a la seguridad alimentaria y desarrollo rural agropecuario, es incoherente al día de hoy el discurso con la práctica”, señaló Morales.