El pasado lunes 30 de abril de 2012 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebró el primer Día Internacional del Jazz. Este gran acontecimiento me hizo recordar las inolvidables transmisiones de mi programa radial “Tribuna del Jazz”, que fundé el 4 de agosto de 2001 y que decidí finalizar el 2 de abril de 2011, luego de una dedicada labor gratuita que realicé en apoyo a la enseñanza y apreciación musical en Guatemala, para contribuir al desarrollo cultural y social de mi país.
Se transmitió los días sábados a las seis de la tarde por Radio Faro Cultural, en la Ciudad de Guatemala. Convencida de que el arte dignifica a la humanidad, difundí además de mi poesía, mis conocimientos derivados del estudio de la música clásica y de la música jazz, en la que descubrí asimismo artes maravillosas. Esta música participativa necesita de afanosa atención y conocimiento, práctica y dedicación para ejecutarla adecuadamente. La música jazz, o de improvisación artística, es para mí algo genial que significa inteligente creación instantánea, encontrar soluciones en el mismo momento y también es expresión de la vida real de las personas. De esta manera quise trasladar a mis oyentes mi experiencia acerca de esta faceta de la música universal, presentada como género jazz durante el siglo veinte y nuestros días. La cuidadosa producción de “Tribuna del Jazz”, es decir selección de piezas y análisis de la música, redacción de textos y grabación, fue siempre un trabajo profesional realizado por mí, con voluntad y compromiso. En cada una de las emisiones, que conduje yo misma como “Samantha Terry”, di a conocer obras de sobresalientes maestros de la música jazz, de diferentes nacionalidades, en un contexto de música clásica. Por ello me da mucho gusto que la música jazz tenga hoy un reconocimiento mundial de parte de la UNESCO, que desde el mes de noviembre de 2011, durante su Conferencia General, proclamó el 30 de abril como el Día Internacional del Jazz. Esta honrosa designación ha sido sin lugar a dudas un gran logro y tiene como objetivo “sensibilizar al público sobre las virtudes de la música jazz” porque es una música que “contribuye a la construcción de sociedades más inclusivas; rompe barreras y crea oportunidades para la comprensión mutua y tolerancia; es eje de la libertad de expresión; es un símbolo de unidad y paz; fomenta la igualdad de género y reduce tensiones entre individuos, grupos y comunidades.” La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova en su mensaje inaugural dijo las siguientes palabras: “A todo lo largo de su historia el jazz ha sido una fuerza de transformación social positiva y sigue siéndolo hoy día. Por esta razón, la UNESCO proclamó el Día Internacional del Jazz. Esta música, cuyas raíces se remontan a la esclavitud, constituye una expresión apasionada contra todas las formas de opresión. Habla un lenguaje de libertad que es comprensible por todas las culturas.” Ejemplo lírico de estas palabras es mi poema titulado “Libertad” que escribí inspirada en la Suite “Afro Eurasian Eclipse” del maestro Duke Ellington. Mi poema está dividido en ocho estancias. Comparto con ustedes las tres últimas que manifiestan: “La penumbra/ invade la selva./ En el momento/ de la plegaria/ llega un suave soplo/ el soplo se vuelve sollozo/ el sollozo se convierte en canto/ y el canto es constante/ ensordecedor/ como el golpear de cadenas/ como el caminar/ sin dejar huellas/ sin saber/ hacia donde se llega.” “Libertad/ enterrada tras muros/ encerrada tras paredes/ de alambre espigado/ libertad/ amarrada injustamente/ a la doliente carne/ de cuerpos martirizados.” “Crónicas de seres/ atormentados en masas/ pidiendo/ implorando/ llegando/ sellando la ruta/ hacia la libertad.”