El Congreso de la República efectuó su sesión solemne en el Teatro Nacional. Independiente de quién o quiénes lo hayan decidido, fue acertado, con ello le tendieron una excelente oportunidad al Presidente y a la Vicepresidenta, así como a las demás autoridades del Ejecutivo, para estar procedentemente presentes en el acto y cumplir con la obligación moral del Presidente de rendir un informe verbal, ante el Organismo Legislativo, al pueblo de Guatemala.
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La televisión acertadamente transmitió el discurso del presidente entrante del Congreso, Arístides Crespo; del presidente de la República, Otto Pérez Molina y en las diferentes tomas evidenció la asistencia de muchas personas que gracias al lugar pudieron estar presentes. No se sabe si fue el protocolo del Congreso o el de la Cancillería quien tuvo la responsabilidad de invitar a los presentes, en todo caso si por alguna razón no invitaron a la Conferencia Episcopal, a la Asociación de Iglesias Evangélicas y otras religiones y a quienes democráticamente han sido electos, a partir de la vigencia de la actual Constitución, como presidentes, vicepresidentes de la República, de los organismos Legislativo y Judicial, es una omisión que deberán analizar, prever y evitar en cualquier futura sesión solemne que se realice en el Teatro Nacional o lugar similar, hacerlo no requiere más que una buena decisión política que nos vaya acercando a la institucionalidad republicana y democrática, que priva en muchos otros países y que dignifica a quienes ejercen el poder, por cuanto están evidenciando educación y respeto a quienes corresponde y a quienes les precedieron en la dirigencia democrática de Guatemala.
El discurso del nuevo presidente del Congreso, Arístides Crespo Villegas, fue un discurso que lo enaltece y evidencia su experiencia y el deseo que durante este nuevo año legislativo todos los diputados comprendan que su responsabilidad es prestigiar al Congreso, desarrollar una agenda legislativa en pro del país y evitar en lo posible las rivalidades de partido a partido o de grupo a grupo.
No se debe continuar con la actitud retrógrada de no encontrar consensos, el abusar de la interpelación o de cualquier subterfugio no es provechoso para los diputados, las bancadas y los partidos que los propusieron. Esperemos que Arístides Crespo logre suficientes acuerdos y consensos, solo el tiempo nos dará la respuesta.
En cuanto al discurso o informe verbal del Presidente de la República, lo centró sobre tres temas específicos; se puede considerar que su planteamiento no es innovador y que en todo caso lo compromete en este tercer año de gobierno, que prácticamente es el último año en el cual puede alcanzar suficientes logros para reducir el hambre y la pobreza, la inseguridad, el desempleo y falta de inversión, especialmente debe preocuparse por la canasta básica, los salarios mínimos, la bonificación y demás prestaciones laborales.
Independiente de la opinión que cada quien tenga respecto al Presidente y Vicepresidenta de la República, es lamentable y censurable que a la salida del acto se haya actuado de forma irrespetuosa e inadecuada en contra de la vicepresidenta Roxana Baldetti, lanzándole una sustancia cuando abandonaba el Teatro Nacional. Antecedentes a nivel internacional y nacional existen, como es el hecho que dentro del hemiciclo parlamentario una diputada le lanzara líquidos a otro diputado o se utilicen altoparlantes. Esperemos que la Vicepresidenta esté bien y tenga una prudente y adecuada actuación al respecto y que las autoridades competentes procedan justamente.
¡Guatemala es primero!