Sostengo que el ejercicio de los derechos de ciudadanía debe hacerse siempre, de forma permanente, sostenible; al igual que la realización de los derechos políticos, que adquieren mayor relevancia durante época de elecciones, período durante el cual, estos derechos se ejercen con precisión y certeza. Elegir y ser electos o acceder a las funciones públicas del país, son los principales derechos políticos, inalienables, irrenunciables, inherentes a nuestra condición de seres humanos y categoría de ciudadanos.
La Coordinación de ONG y Cooperativas CONGCOOP, que reúne a varias organizaciones civiles, no gubernamentales, ejerciendo ciudadanía activa y propositiva, instaló un observatorio electoral para dar seguimiento al proceso político, a las propuestas y planes de gobierno que presentan los distintos candidatos participantes en la actual elección.
Al mismo tiempo, CONGCOOP emplazó a los candidatos presidenciales, para que digan cuáles son sus propuestas en caso de gobernar el país, indicando “acciones, metas y fuente de financiamientoâ€, también piden que se defina quiénes serán los beneficiarios de los programas; que se incluyan propuestas para solucionar la grave problemática agraria y agrícola; provocada entre otras causas, por la alta concentración de las mejores tierras cultivables en pocas manos, la tendencia al uso de la tierra para monocultivos, la conflictividad agraria sin resolver, los violentos y constantes desalojos de campesinos e indígenas, los bajos salarios, la explotación y sobre explotación de los trabajadores agrícolas, el abuso a los derechos laborales.
El emplazamiento lanzado por la CONGCOOP a los políticos que compiten para ocupar el más alto cargo de la República, es un buen ejemplo de participación ciudadana, de cómo sectores organizados de sociedad civil pueden incidir en la política y en la clase política, poniendo el dedo en la llaga sobre problemas estructurales, históricamente relegados o ignorados por esa clase política. Con este acto, la CONGCOOP coadyuva a crear cultura política y tiende puentes para hacer oír las propuestas de sectores legítimos de la sociedad civil organizada, estimula la participación e incidencia de la misma en los asuntos que interesan tanto a la Nación, como a los procesos de construcción incipiente de paz y democracia.
La acción de la CONGCOOP debe ser imitada y ojalá multiplicada, como signo vital de la participación ciudadana. Es una forma de hacer escuchar la voz de los sin voz, es un ejercicio de ciudadanía con responsabilidad. La clase política debería admitir con la misma responsabilidad este emplazamiento y asumir con seriedad, las propuestas que están dirigidas a solucionar el viejo y desatendido problema agrario estructural del país.
Por la voraz ambición de poder de los grupos oligárquicos, el problema agrario guatemalteco es un foco incandescente de permanente conflictividad social. El próximo gobierno debería atender con celeridad esta problemática y darle solución definitiva, caso contrario, podría aumentar la inestabilidad política y poner en riesgo el escaso margen de gobernabilidad que tienen los gobernantes.
P.S. Se cumplieron 34 años de la ejecución extrajudicial de MARIO Lí“PEZ LARRAVE, ex Decano Facultad de Derecho, Universidad San Carlos, notable abogado laboralista, defensor de la clase trabajadora. Ejecutado por la dictadura militar contrainsurgente el 8 junio 1977. Verdugos y esbirros siguen impunes.