Ejemplo de independencia


El «bloqueo» que Estados Unidos ejerce sobre Cuba y al que eufemí­sticamente denomina «embargo» es una guerra no declarada, silenciosa, contra el pueblo cubano y que viola principios fundamentales del Derecho Internacional. Durante casi medio siglo, Cuba ha soportado las condiciones más adversas que han impedido la normalidad de su comercio, su economí­a y su desarrollo social. El asedio constituye una polí­tica de restricciones que ha afectado de manera significativa todos los aspectos de la vida de los isleños.

Marco Vinicio Mejí­a

El actual gobierno en la Casa Blanca lo recrudeció, al extremo que si Cuba intenta hacer adquisiciones o recibir créditos de un paí­s, Estados Unidos trata de impedirlo por medio de la coerción o el chantaje. El acoso ha asesinado pacientes ante la falta de medicamentos, reactivos y tecnologí­as médicas, además de encarecer significativamente el comercio exterior cubano. También ha privado a Cuba del acceso a los organismos regionales y multilaterales de crédito.

El «bloqueo» también se manifiesta en el terrorismo de Estado, con acciones de subversión y espionaje, la guerra biológica contra personas, animales y plantas, y tentativas de asesinar dirigentes cubanos. Las constantes acometidas provienen del paí­s autoproclamado como abanderado de la lucha contra el terrorismo, pero que protege a los criminales internacionales Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, autores intelectuales de la explosión en vuelo de un avión comercial cubano con 73 pasajeros y tripulantes a bordo, y causantes de otras feloní­as.

Con la reciente liberación de Posada Carriles en Estados Unidos, la serpiente se mordió la cola, pues el «Norte revuelto y brutal» protege a un agente del terrorismo, en abierta contradicción de la polí­tica antiterrorista que no duda en ejercer desde 1998, al lanzar la «guerra preventiva» contra los gobiernos considerados como integrantes del «eje del mal». Esa postura contrasta con el acuerdo de colaboración antiterrorista, establecido en 1997 entre Cuba y Estados Unidos, por intermedio de Gabriel Garcí­a Márquez. Uno de los resultados fue la advertencia a La Habana de que dos guatemaltecos preparaban atentados con bombas en la isla, los cuales fueron arrestados de inmediato. También, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), tuvo información constante sobre las conspiraciones terroristas desde Miami. La colaboración entre Estados Unidos y Cuba terminó en 1998, después que la mafia cubana se impuso, electoral y fraudulentamente en La Florida, el Estado cuyo gobernador es el hermano del señor «W» Bush. Desde entonces, la FBI inició la persecución de los informantes que La Habana infiltró entre los terroristas de Miami, lo que impidió detectar a los pilotos que allí­ se entrenaban para atentar contra las Torres Gemelas.

Estados Unidos no busca la «democratización» en Cuba. La isla insurrecta ha alcanzado í­ndices de desarrollo humano comparables a los del Primer Mundo, pese a la hostilidad estadounidense y como consecuencia del heroí­smo cotidiano de su población. Reconocer este hecho no significa admitir que sólo hay una ví­a para lograr la justicia social. Aceptar la valentí­a cubana no requiere anteponer la afinidad ideológica o la vocación revolucionaria. Es reconocer que la resistencia cubana representa un ejemplo para quienes aspiran a una auténtica independencia, una de cuyas manifestaciones más logradas es la emancipación mental.