Dos hombres condenados por el asesinato de un alto magistrado iraní en 2005 fueron ejecutados en la horca hoy en el centro de Teherán, ante miles de personas que asistieron a las primeras ejecuciones públicas en la capital en cinco años.
Los dos hombres fueron condenados por el asesinato de Hassan Moghaddas, un vicefiscal de la línea dura en los juicios por críticas a las autoridades.
El vicefiscal condenó, entre otros, al escritor Akbar Ganji a seis años de prisión en 2001, acusándolo de haber implicado a responsables del régimen en el asesinato de miembros de la oposición.
También había presidido el juicio de los intelectuales y reformadores iraníes que participaron en una polémica conferencia en Berlín en 2000.
Al menos 151 personas fueron ejecutadas en Irán en lo que va de año, la mayoría en la horca, según un recuento efectuado por la AFP a partir de la prensa y testimonios.
A otras por lo menos 177 personas se les aplicó la pena capital en 2006, según Amnistía Internacional, que precisa que Irán es, con China y Pakistán, uno de los tres países del mundo que más recurre a la pena de muerte.
La traición, el espionaje, el asesinato, el atraco a mano armada, el tráfico de drogas, la violación, la sodomía, el adulterio, la prostitución y la apostasía pueden acarrear la pena de muerte en la República Islámica de Irán.