La ejecución del ex dictador iraquí Saddam Hussein, sentenciado a morir en la horca en menos de 30 días, podría tardar «algún tiempo», estimó hoy el ministro iraquí de Justicia, Hashem al Shibli, luego de que la corte de apelaciones confirmara la pena.
«El decreto del tribunal de apelación debe ser transmitido a la presidencia. El decreto presidencial firmado será enviado a la dirección general de las prisiones, que se encargará de aplicar la sentencia», declaró al Shibli.
La corte de apelación del Alto Tribunal Penal Iraquí ratificó ayer el veredicto de ejecución por ahorcamiento de Saddam Hussein por crímenes contra la humanidad.
Su medio hermano Barzan al Tikriti, ex jefe de los servicios de inteligencia, y el ex presidente del tribunal revolucionario, Awad al Bandar, también condenados a muerte, serán igualmente ejecutados.
«Este proceso podría tardar todavía algún tiempo a causa de la fiesta de Eid El Adha (fiesta musulmana del sacrificio, que debe comenzar el 30 de diciembre)», afirmó el ministro, que no precisó el lugar de ejecución.
Saddam Hussein -quien dirigió el país con mano de hierro desde 1979 hasta la invasión estadounidense que acabó con su régimen, en 2003- fue condenado a morir en la horca el pasado 5 de noviembre por su responsabilidad en la matanza de 148 chiitas de la aldea de Dujail, en represalia por un atentado fallido contra el convoy en el que viajaba en 1982.
El ex dictador está actualmente detenido por el Ejército norteamericano en un lugar secreto de Irak.
Saddam Hussein morirá en la horca aunque está siendo juzgado junto con otros seis ex dirigentes de su régimen por haber ordenado y ejecutado las campañas militares de Anfal en el Kurdistán (norte) entre 1987 y 1988 que, según la acusación, acabaron con la vida de 180 mil kurdos.
Según la ley iraquí una sentencia a muerte, una vez confirmada en apelación, no puede ser recurrida de nuevo, y debe ser aplicada en un plazo de un mes.
«En virtud del artículo 37 de la Constitución iraquí, y según el artículo 27 de la ley que instituye el Alto Tribunal Penal iraquí, ninguna instancia, ni siquiera el presidente de la República, puede agraciar o conmutar la pena de un condenado por crímenes internacionales», recordó ayer el portavoz del Alto Tribunal Penal, Raed al Juhi.
«En cuanto el decreto presidencial esté firmado nos prepararemos para actuar», explicó el ministro de Justicia, que minimizó los riesgos de que la ejecución de Saddam provoque una reacción violenta de la comunidad sunita. «La violencia en Irak está motivada hoy por múltiples factores», adujo.
Saddam Hussein
Ex dictador iraquí