Voluntarios vestidos con batas blancas de laboratorio, guantes quirúrgicos y tapabocas permanecían ayer sobre la parte posterior de una camioneta pickup en la ribera del río Nilo, en El Cairo, hurgando entre pilas de manuscritos raros de 200 años de antigí¼edad que no eran ya más que desechos carbonizados. Los voluntarios, desde expertos académicos a ciudadanos consternados, han dedicado los últimos dos días a tratar de salvar lo que quedó de aproximadamente 192 mil libros, revistas y manuscritos víctimas del más reciente brote de violencia en Egipto.
El Institute d’Egypte, un centro de investigación establecido por Napoleón Bonaparte durante la invasión francesa a finales del siglo XVIII, se incendió durante los enfrentamientos entre manifestantes y soldados durante el fin de semana.
El recinto albergaba un tesoro valioso de escritos, siendo el más notable el manuscrito de 24 volúmenes Description de l’Egypte, compilado durante la ocupación francesa de 1798-1801.
La Descripción de Egipto, la cual comenzaron a escribir en 1798 científicos franceses, quizá se quemó tanto que no podrá ser reparada. Su casa, el instituto histórico de dos pisos ubicado cerca de la Plaza Tahrir, está ahora en peligro de derrumbarse después de caer su techo.
«El incendio de un edificio tan enriquecedor significa que se perdió una gran parte de la historia egipcia», dijo el fin de semana el director del instituto, Mohamed al-Sharbouni, a la televisora estatal.
Señaló que la mayor parte del contenido se destruyó en el incendio del sábado que duró más de 12 horas. Los bomberos inundaron el edificio con agua, contribuyendo al daño.
La violencia estalló en El Cairo el viernes, cuando fuerzas militares que protegían el edificio del Consejo de Ministros, cercano al instituto, reprimieron a manifestantes que tenían tres semanas apostados exigiendo que los generales que gobiernan el país entregaran el poder a la autoridad civil. Han muerto al menos 14 personas.
Zein Abdel-Hady, quien dirige la biblioteca principal del país, está encabezando los esfuerzos para tratar de rescatar lo que queda de los manuscritos quemados.
«Esto es igual a la quema de libros de Galileo», dijo Abdel-Hady, refiriéndose al científico italiano cuyo trabajo proponiendo que la Tierra giraba alrededor del sol se cree que fue quemado en protesta en el siglo XVII.