Efectos y consecuencias de los resultados electorales


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Si bien Guatemala y su ciudadaní­a, como lo prueban los resultados de las votaciones del 11 de septiembre, no es un paí­s donde las mayorí­as tiendan a la izquierda, no puede dejar de reconocerse que la extrema pobreza, la desnutrición y los programas sociales que en parte combaten a estos problemas han evidenciado su influencia en los votantes.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

 


No debe dudarse que el voto que recibieron la alianza UNE-Gana a favor de sus diputados y de numerosos alcaldes es una manifestación de más de un millón de votantes, que a través de su expresión como electores, está reconociendo el impacto y el beneficio que ha tenido la Bolsa Solidaria y las entregas en dinero.  Por esa razón, ninguno de los candidatos se atrevió abiertamente a descalificar esos programas, incluso hubo quienes trataron de apropiarse del futuro de los mismos.

Qué bueno que poco a poco se está comprendiendo que la riqueza debe ser redistribuida a través de los impuestos, a través de medidas laborales; requiramos que ambos binomios públicamente se comprometan a actualizar la bonificación salarial como se hizo en el Gobierno del FRG, que también aumentarán los salarios mí­nimos año con año, no sólo en relación a la inflación sino a la mejora del poder adquisitivo para que la mayorí­a pueda comprar la canasta básica, hecho que también beneficia al pequeño y mediano empresario en todo el paí­s.  Es más, que los 36 mil quetzales deducibles del Impuesto Sobre la Renta, no afectos al gravamen, que se establecieran en 1991, después de 20 años de transcurridos se actualicen y eleven a por lo menos 60 mil quetzales anuales, hecho que permitirí­a a la clase media pagar colegios, salud privada y cubrir las necesidades básicas de alimentación y vestuario.

Esos son los temas a los que ambos binomios deben comprometerse y si no lo quieren hacer no están analizando y comprendiendo lo que implican los resultados electorales. Tanto va el cántaro al agua que al fin se rompe; es decir, que si ahora no existe un fuerte movimiento de izquierda, poco a poco, paso a paso, se está justificando porque la justicia social no puede detenerse. Guatemala no debe continuar teniendo gobiernos como el gobierno empresarial de í“scar Berger que se podrí­a repetir como consecuencia de la subordinación al financiamiento de la supercúpula económica, CACIF y sus cámaras, quienes abiertamente, antes de la elección mandaron mensajitos y correos con el argumento que habí­a que ahorrar la segunda vuelta, pretendiendo engañar y engañarse porque lo que Guatemala necesita es que ambos binomios se desvinculen de compromisos con sus financistas y se comprometan con la ciudadaní­a votante.

Ambos binomios deben leer todos los cables de WikiLeaks, así­ adquirirán la experiencia, el testimonio de cómo la embajada norteamericana trata de gobernar y en parte lo ha logrado, buscando sus intereses, no los intereses de los guatemaltecos. Es increí­ble comprobar cómo a diferentes ministros, a través de los años, por ejemplo a Edgar Gutiérrez lo hicieron hablar y cantar al son que ellos querí­an.

El Presidente y el Vicepresidente entrante, la totalidad del gabinete y los diputados después de leer todos los cables de WikiLeaks sabrán qué dicen y qué no dicen; sin duda alguna del cielo a la Tierra no hay nada oculto y dentro de algún tiempo también se conocerán los nuevos cables que la embajada norteamericana enví­a.

Igual deben leer el libro “Rendición de cuentas” de J. A. Fuentes Knight que evidencia y refleja cómo actúa la supercúpula empresarial, CACIF y ciertos diputados como Sinibaldi, Viana, Rayo, etc. La historia se repite, pero debe cambiarse.