EE.UU. sufre cinco nuevas bajas en Irak


Protesta. Miles de chií­tas marcharon hoy en Bagdad para exigir la retirada de las fuerzas de ocupación.

La serie negra continuó para el ejército estadounidense con la pérdida de cinco soldados en Irak, en cuya capital comenzaron hoy las audiencias de un oficial acusado de «ayudar al enemigo» cuando estaba encargado de la prisión de Camp Cropper en la capital.


Tres soldados norteamericanos de la División Multinacional Bagdad murieron por la explosión de una bomba al paso de su vehí­culo y otro perdió la vida en un tiroteo en el este mayoritariamente chií­ta de Bagdad, anunciaron este lunes las fuerzas estadounidenses en un comunicado.

Además, un Marine asignado a la Fuerza Multinacional Oeste murió durante unas operaciones de combate en la provincia de Al Anbar, indicó el ejército en otro comunicado posterior.

Cerca de 80.000 hombres, estadounidenses e iraquí­es, están actualmente desplegados en Bagdad, en el marco de un plan de seguridad para la capital, a raí­z de la violencia, sobre todo confesional, que dejó más de 16.000 muertos en 2006, según las Naciones Unidas.

Con 96 militares muertos, el mes de abril es el más mortí­fero para el ejército norteamericano en 2007.

La violencia continuó el lunes, cobrándose ocho vidas en Irak, siete de ellas en Bagdad.

Un atentado suicida con coche bomba mató a cinco personas y dejó 12 heridos cerca de un puesto de policí­a en Mansur, en el oeste de la capital.

Un civil murió y otros dos fueron heridos al estallar una bomba artesanal en el barrio de Bayaa, en el sudoeste de Bagdad.

Hombres armados mataron a un ex general del ejército de Saddam Hussein en Dura, en el sur de Bagdad.

En el centro de Mosul, un policí­a murió y otros dos resultaron heridos al estallar un coche bomba, indicó el coronel Mohamed al Wagga, de la policí­a de esta ciudad, situada a 370 km al norte de Bagdad.

Cuatro insurgentes murieron al atacar una comisarí­a de policí­a en el oeste de Mosul, agregó.

La audiencia del teniente coronel norteamericano William Steele, acusado de haber «ayudado al enemigo» y de haber tenido relaciones «inapropiadas» con dos mujeres cuando estaba a cargo de la prisión de Camp Cropper, en Bagdad, comenzó el lunes en la capital.

Esta «audiencia según el artí­culo 32», equivalente militar del procedimiento judicial civil estadounidense del gran jurado, está destinada a examinar si las acusaciones son suficientemente serias para permitir una inculpación y un proceso.

La audiencia podrí­a provocar un nuevo escándalo, tres años después de las revelaciones sobre los malos tratos de los militares norteamericanos a los detenidos iraquí­es en la prisión de Abu Ghraib.

En Bagdad, varios miles de chiitas manifestaron el lunes para protestar contra una operación estadounidense cerca de la mezquita de Zasimiyah, en el oeste de la ciudad.

El ejército norteamericano, en un comunicado publicado el lunes, confirmó que realizó una operación en ese sector, pero desmintió haber entrado en la mezquita o entrado en las oficinas del movimiento del lí­der radical chiita Moqtada Sadr.

Sugieren impugnar a Bush

Un influyente legislador demócrata sugirió la posibilidad de impugnar al presidente George W. Bush en un intento por forzar al mandatario a aceptar un compromiso que pondrí­a condiciones a la presencia de las tropas estadounidenses en Irak.

El representante John Murtha, quien preside el Subcomité de Defensa de la Cámara, mencionó esta posibilidad este domingo en respuesta a las repetidas amenazas del presidente de vetar la ley que establece una retirada de tropas desde Irak hacia fines de marzo de 2008.

«Hay tres ví­as o cuatro ví­as para influir sobre el presidente», dijo Murtha en el programa «Face the Nation» (De cara a la nación) de la cadena de televisión CBS. «Uno es la opinión popular, la elección, tercero, la impugnación y el cuarto son los fondos».

Consultado especí­ficamente si los demócratas, que ahora controlan el Congreso estadounidense, estarí­an seriamente contemplando la opción de impugnación, el legislador, cercano a la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi, respondió: «Lo que estoy diciendo es que hay cuatro ví­as para influenciar al presidente (…) y una de ellas es la impugnación».