EE.UU. sin cambios para Cuba


Propuesta. El presidente interino de Cuba, Raúl Castro, ofreció cambios en la polí­tica de su paí­s y ofreció el diálogo con EE.UU.

Estados Unidos mantendrá su polí­tica de embargo contra Cuba al menos hasta las elecciones de 2008, en las que el voto de los cubanoestadounidenses de Florida podrí­a ser determinante, pese a la enfermedad de Fidel Castro y las ofertas de diálogo de Raúl, dijeron analistas a la AFP.


«Estados Unidos no es el problema. El problema es Fidel Castro y el sistema comunista», afirmó la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen (Florida), al justificar la posición inflexible del mandatario George W. Bush, quien reforzó antes de las elecciones de 2004 el embargo contra la isla iniciado en 1962.

Raúl Castro dejó claro el jueves que ya no esperaba nada del actual gobierno, al plantear al presidente que asuma en enero de 2009, su tercera oferta de diálogo a Estados Unidos desde que asumió temporalmente el poder hace un año.

Las dos anteriores habí­an sido rechazadas rotundamente por la administración Bush que no sólo no recogió el guante, sino que no dejó de reiterar su exigencia de que la isla, situada a 150 km de la Florida, inicie una transición democrática.

Ian Vásquez, del instituto CATO, de Washington, atribuyó la inflexibilidad norteamericana al «sistema polí­tico estadounidense, donde un grupo puede tener mucha influencia», en alusión a la comunidad cubanoestadounidense, radicada principalmente en Miami.

«Para bien o para mal, así­ funcionan las democracias. Por tanto, mientras sea así­, hay pocas posibilidades de que los candidatos presidenciales vayan a favorecer cambios en la polí­tica (cubana) de Estados Unidos, a pesar de que la mayorí­a de los estadounidenses deseen cambios», admitió el analista.

La importancia en las elecciones de 2008 del Estado de Florida, donde Bush obtuvo la victoria en 2000 por un puñado de votos tras un polémico recuento, convirtió a Cuba en un tema sensible para todos los aspirantes a la Casa Blanca.

«Es probable que ambos partidos se queden con la polí­tica de a ver quién suena más duro durante la campaña», admitió Marifeli Pérez-Stable, del Diálogo Interamericano, después de que candidatos republicanos como Mitt Romney o John McCain lanzaran duros ataques contra el régimen castrista al visitar Miami.

Según sus cifras, el demócrata Bill Clinton obtuvo el 36% de los votos cubanoestadounidenses en Florida cuando logró su relección en 1996, Al Gore sólo consiguió la mitad (18%) en 2000 frente a Bush, tras el caso del niño del «balserito» Elián González, y John Kerry recuperó un poco de terreno en 2004 al alcanzar el 28%.

«No deberí­a ser difí­cil para el candidato o la candidata demócrata lograr algo más del 30% del voto cubanoestadounidense» y ganar en Florida, un estado que puede determinar el resultado de la elección en caso de que los resultados nacionales vuelvan a ser muy estrechos en noviembre de 2008.

Para Pérez-Stable, la clave para los demócratas, que controlan el Congreso desde enero, podrí­a ser un discurso «matizado» sobre el embargo y proponer, por ejemplo, levantar las restricciones a los viajes de cubanoestadounidenses a la isla, impuestas por Bush en 2004.

«Aunque la gente no lo diga públicamente, eso tiene apoyo porque tiene familia en Cuba», explicó, antes de dar también como ejemplo la posibilidad de poner fin a las restricciones al enví­o de remesas a familiares.

En el Congreso precisamente, el demócrata Bill Delahunt y su colega republicano Ray LaHood presentaron a principios de año una propuesta para levantar las restricciones a los viajes y las remesas de cubanoestadounidenses.

El dí­a que la propuesta sea debatida por ambas cámaras, los candidatos no tendrán más remedio que aclarar su posición.