Estados Unidos excluyó hoy en Nueva Delhi «avances» en las negociaciones de la Ronda de Doha para liberalizar el comercio mundial, y pidió más «liderazgo» a los jefes de filas de los países emergentes, en particular a los de Brasil e India.
Los cuatro «grandes» actores (G4: Brasil, Estados Unidos, India y Unión Europea) de esta negociación celebraron su segundo y último día de reuniones en la capital india.
El objetivo era intentar desbloquear las negociaciones de la Ronda de Doha, un proceso para reducir barreras aduaneras en beneficio de los países pobres.
Pero Estados Unidos descartó avances inmediatos en las conversaciones, y exhortó a India y Brasil a asumir sus responsabilidades para salvar el proceso.
«La Ronda de Doha provee un marco para que los países en desarrollo ejerzan su liderazgo, especialmente India y Brasil. Ello acarrea nuevas oportunidades, pero también nuevas obligaciones», dijo la representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schwab.
No se esperan «avances» en estas conversaciones, que constituyen un mero «inventario» de las posiciones de cada cual, afirmó Schwab a los periodistas, aunque reconoció que ahora es «urgente» que las negociaciones se encaminen en la buena dirección.
La obtención de un acuerdo — sobre todo en el espinoso tema agrícola — entre las dos grandes potencias comerciales del planeta, Estados Unidos y la Unión Europea, y los dos líderes de los países emergentes, Brasil e India, se considera como algo básico para llegar luego a un consenso multilateral entre los 150 miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El jueves, el director general de la OMC, Pascal Lamy, revelaba en Ginebra que el crecimiento del comercio mundial en 2007 iba a ser más lento que el año anterior, y que ello debía estimular a los negociadores a desbloquear la Ronda de Doha.
«La exitosa conclusión de la Ronda de Doha tiene el potencial de estimular el crecimiento (del comercio) y aliviar la pobreza», comentó Lamy.
La reunión de Nueva Delhi es la primera que el G4 celebra a este nivel desde que las negociaciones fracasaron y fueron suspendidas el pasado mes de julio, debido a profundos desacuerdos sobre el asunto agrícola.
Además de Schwab participaron en la reunión el canciller brasileño, Celso Amorim, el Comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, y el ministro indio de Comercio, Kamal Nath.
Iniciadas en 2001 en la capital de Qatar, las negociaciones de la Ronda de Doha deberían desembocar en un compromiso antes de fines de junio.
En efecto, el 1 de julio próximo expira el mandato de negociación (Trade Promotion Authority, TPA) otorgado por el Congreso de Estados Unidos al gobierno del presidente, George W. Bush.
Estos poderes especiales le permiten a Bush presentar al Congreso una única ley con vistas a ser aprobada o rechazada en su totalidad, en lugar de tener que someter a los parlamentarios cada una de las numerosas disposiciones de un eventual acuerdo multilateral.
Schwab expresó sin embargo su deseo de que el Congreso prolongue ese mandato a la administración de Bush.
«No hay plan B, hay que lograr esa extensión» del mandato, afirmó.
De momento, las negociaciones siguen en un aparente callejón sin salida.
Los países pobres y los emergentes exigen que cesen las subvenciones que los países ricos otorgan a sus agricultores, así como una reducción de los derechos aduaneros. Por su parte, los del Norte piden a los países del Sur que abran sus mercados a servicios y productos industriales.