La Casa Blanca repudió este jueves el asesinato del principal aliado sunita del ejército estadounidense en su lucha contra Al Qaida en Irak, hecho que calificó de «atrocidad», pero afirmó que no obstaculizará la lucha contra esa organización en la provincia de Al Anbar.
«El asesinato del jeque hoy (jueves) en Anbar es una atrocidad», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, luego de que una bomba matara a Sattar Abu Reesha cerca de su casa en Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar.
El ataque se produjo pocas horas antes de que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien había estrechado las manos del jeque en su sorpresivo viaje a Irak hace diez días, pronuncie un discurso televisivo sobre reducción de tropas norteamericanas y el manejo de la guerra en Irak.
El jeque «fue uno de los primeros en venir a los estadounidenses diciendo que quería trabajar con los marines para expulsar a Al Qaida de Anbar», aseguró Perino.
Abu Reesha era un hombre de unos 40 años que lideraba una coalición de 25 tribus que se reunieron en setiembre para luchar contra Al Qaida, formando sus propias unidades paramilitares.