EE. UU.: Poca urgencia para evitar los recortes en el gasto


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Diez días antes de que se cumpla la fecha límite, en la que entrarían en vigor recortes amplios y automáticos en el gasto del gobierno, no se aprecia el sentido de urgencia que había enmarcado otras crisis fiscales recientes.

Por JIM KUHNHENN WASHINGTON / Agencia AP

Las agencias gubernamentales se preparan para absorber un golpe de 85.000 millones de dólares en sus presupuestos, y los políticos, al menos por lo pronto, parecen estar dispuestos a aceptar las consecuencias.

El presidente Barack Obama, de vuelta de un fin de semana durante el que jugó golf en Florida, advirtió el martes que «la gente perderá sus empleos» si el Congreso no actúa. Pero los legisladores no estaban en sesión para escuchar su advertencia, y no volverán a trabajar sino hasta la semana entrante.

Aún hay agudas diferencias que dividen a ambas partes sobre si el acuerdo presupuestario debe incluir incrementos fiscales, algo que Obama quiere y a lo que se oponen los republicanos.

Obama advirtió que de ocurrir los inmediatos recortes en el gasto, el impacto se sentiría en todos los niveles del gobierno. Entre esos efectos que enlistó, se encuentran: agentes del FBI que deberán tomarse días de licencia; reducciones en el gasto de comunidades para pagar a la policía, bomberos y maestros, y disminución de la capacidad para responder a las amenazas en todo el mundo.

«Al momento, las ideas que los republicanos han propuesto no le piden nada a los estadounidenses acaudalados o a las grandes corporaciones», dijo Obama durante un acto en la Casa Blanca ante bomberos y otro personal de emergencias. «Por tanto la carga se distribuye toda entre los cuerpos de emergencias, los ancianos y las familias de clase media».

Según asesores, Obama está listo para llevar su caso más directamente al público en un esfuerzo por presionar a los republicanos, ya sea viajando a estados vulnerables o, como habitualmente hace la Casa Blanca, a través de entrevistas en medios locales. Según dicen, ni Obama ni la Casa Blanca están actualmente involucrados en alguna negociación directa con los líderes republicanos.

Los recortes en los gastos, sin embargo, no se consideran tan potencialmente calamitosos como los posibles efectos de peleas recientes sobre la autoridad de crédito del país o el llamado «precipicio fiscal» que habría incluido recortes al gasto e incremento de los impuestos de todos los estadounidenses.

Si no se hubiera elevado el límite de deuda, ello habría dejado al gobierno sin dinero para gastar en programas múltiples y podría haber precipitado un impago sin precedentes. El precipicio fiscal abría la posibilidad de un retroceso en la recuperación de la economía.

De hecho, muchos republicanos ven los recortes automáticos en el gasto como la única salida para reducir el déficit federal. Algunos liberales tampoco se negarán ya que quieren recortes en el gasto del Pentágono. Y muchos demócratas consideran que los recortes tendrán que materializarse antes de que los republicanos acuerden algunos incrementos fiscales.

«Algunos demócratas lo quieren debido a los recortes en defensa, y los republicanos lo quieren porque quieren hacer lo que sea para reducir el gasto interno», dijo Brendan Daly, ex asesor de la representante demócrata Nancy Pelosi. «Y potencialmente, es difícil oponerse porque el impacto no será tan severo a corto plazo».