La posibilidad de que la parálisis política en el gobierno estadounidense descarrile una frágil recuperación económica mundial dominará el encuentro mundial de líderes financieros esta semana en Washington.
En vísperas de las reuniones del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Grupo de las 20 principales economías del mundo, los líderes de finanzas del mundo están sonando fuertes alarmas sobre la posibilidad de que Estados Unidos entre en mora de pagos, así como el potencial daño por el cierre parcial del gobierno si éste continúa.
Estas nuevas preocupaciones están por encima de la ansiedad que causa actualmente la reducción de compra de bonos que se prevé haga la Reserva Federal para estimular la economía. La posibilidad de esa reducción ha puesto significativa presión a los mercados de los países en desarrollo incluso antes de que en realidad comience.
Esto es especialmente preocupante en momentos en que el FMI y otros expertos económicos cuentan con fortalecer la economía de Estados Unidos para ayudar a impulsar una recuperación económica mundial que aún es endeble.
«El actual punto muerto político en Estados Unidos está innecesariamente poniendo en riesgo la estabilidad y el crecimiento, no sólo del país, sino también de la economía mundial», dijo el mexicano José Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). «Esto llega en un momento en que una frágil recuperación en las economías avanzadas estaba en proceso, y cuando varias economías emergentes ya estaban enfrentando nuevos riesgos».
Las crecientes preocupaciones por Estados Unidos representan un cambio para el FMI, que tiene su sede en Washington. Después de años inquietos por la profunda crisis económica en Europa, el foco de mayor preocupación está ahora en el patio trasero.
El gobierno cerró parcialmente el 1 de octubre después de que los legisladores no lograran ponerse de acuerdo en una iniciativa para financiar al gobierno al inicio del nuevo año fiscal. Los republicanos en el Congreso se niegan a aprobar una medida temporal de gasto y demandan cambios o eliminar la ley de salud que ha promovido el presidente Barack Obama.
Los republicanos están vinculando el plan de salud conocido como Obamacare a la batalla presupuestal porque consideran que los gastos de éste podrían dañar severamente a la economía estadounidense. Los demócratas dicen que los republicanos quieren cambiar la legislación aprobada hace tres años.