La economía de Estados Unidos finalmente ha recuperado algunos de los empleos perdidos en la reciente recesión. Pero aún es prematuro celebrar. Falta mucho para una recuperación plena.
El reporte del viernes del gobierno reveló una economía en mejoría pero marcada por cicatrices profundas y duraderas. La recesión que comenzó hace seis años y medio aceleró algunos dolorosos cambios que han dejado a muchos estadounidenses sintiéndose peor que cuando la economía tenía más o menos el mismo número de empleos que ahora.
Los empleadores crearon 217.000 nuevos puestos de trabajo en mayo, más que suficientes para sobrepasar los 138,4 millones de empleos que existían cuando la recesión comenzó en diciembre de 2007. Pero aun cuando la tasa de desempleo ha bajado a 6,3%, comparada con 10% en lo álgido de la recesión, la economía carece de su antigua potencia.
Para muchos economistas, las cifras de empleo son tanto prueba de su recuperación sostenida como evidencia de una dolorosa transformación en cómo los estadounidenses ganan su sustento.
«La recuperación del mercado laboral ha sido decepcionante», dijo Stuart Hoffman, economista en jefe de PNC Financial Services. «Aun con el nuevo aumento, hay muy poca actividad».
Aún hay 1,49 millones de empleos perdidos en construcción. Las fábricas tienen 1,65 millones de obreros menos. Muchos de estos empleos han sido remplazados por nuevas tecnologías: robots, software y equipo avanzado que acelera la productividad y requiere menos mano de obra, dijo Patrick O’Keefe, director de investigación económica para la firma consultora CohnReznick.
«Cuando se necesitan mover cosas pesadas, ahora tenemos máquinas que lo hacen», dijo O’Keefe. «Es improbable que en el sector manufacturero recuperemos mucho de lo que se ha perdido».
Las nóminas del gobierno se han reducido, llevándose con ellas el sueldo de la clase media. Los distritos escolares locales tienen 255.400 empleados menos. El Servicio Postal de Estados Unidos ha recortado 194.700 empleos.
Y durante la recuperación económica, más personas han dejado el mercado laboral de las que han entrado en él. Solo 58,9% de los estadounidenses en edad laboral tienen empleo, debajo del 62,7% que había al comienzo de la recesión.
Parte de ese declive se da por el envejecimiento de la población, puesto que más y más personas se jubilan. Pero la proporción de adultos que trabajan entre la población general «está cerca del mínimo donde se ubicaba en los peores momentos de la recesión», evidencia de que es improbable que haya mejoras salariales significativas, dijo O’Keefe.
La recuperación no ha mantenido el mismo ritmo que el crecimiento demográfico. Investigadores del Instituto de Políticas Económicas calculan que siete millones de empleos adicionales se necesitan para absorber el crecimiento de la población.
Las penurias se han concentrado en los trabajadores de ingresos bajos y medio, de acuerdo con un análisis del instituto.