Esta mañana se vivió un caos vial en la Ciudad de Guatemala como consecuencia de un accidente que interrumpió el tránsito sobre el Anillo Periférico a la altura de la colonia Bethania y de un bus que tuvo desperfectos mecánicos en El Trébol. Por supuesto que se trata de arterias vitales del sistema de tránsito de la ciudad, pero tan gigantesco atasco, generalizado por todos los sectores aun de municipios circunvecinos, únicamente se entiende por dos factores: La falta de educación vial de gente que deja bloqueados los cruceros, y la falta de pericia de la Policía Municipal de Tránsito que se luce para provocar serios tapones rempujando, literalmente hablando, autos cuando es evidente que ya no pueden pasar.
Los atascos llegaron a ser descomunales y afectaron al tráfico en todos los sentidos por esa situación de que las bocacalles se quedan bloqueadas por automóviles, sea porque los automovilistas no tienen mínimos de cortesía o porque las autoridades, expertas en soplar pitos y punto, meten más y más carros donde ya no caben hasta que ellos mismos provocan el nudo de congestionamiento.
Por supuesto que decir esto podrá parecer una especie de herejía a las autoridades municipales que se sienten más infalibles que el mismo Papado de la Iglesia Católica y nunca admiten que cometen errores ni, por supuesto, que se puede mejorar con un poco, apenas un mínimo, de sentido común que es un sentido paradójicamente nada común entre los soplapitos colocados por la Municipalidad en cualquier crucero.
Y si la crítica viene de un vecino común y corriente es simplemente ignorada, pero si viene de un medio de comunicación, lo que significa ni más ni menos que de un periodista, en la Municipalidad derraman bilis. No es casualidad que en la página de la comuna aparezca destacada, como si tuviera que ver algo con las cuestiones urbanísticas o de la vida en la ciudad, una noticia sobre la cantidad de periodistas que han sido capturados en los últimos años en Inglaterra. Eso constituye un motivo de profunda satisfacción, y por supuesto de nada oculta envidia, para el Alcalde y sus autoridades porque nada es más detestable para ellos que los odiosos periodistas.
Pero con todo y sabiendo que lejos de motivar el interés por mejorar, apelamos a la inteligencia de los conductores para educarse y tratar de entender que la cortesía es lo que puede evitar complicaciones tan magnificadas como la que vivimos esta mañana en la ciudad de Guatemala. Aun si un energúmeno policía nos pita y groseramente hace señas para que avancemos para bloquear una arteria, tenemos que tener elemental sentido común para evitar un daño a todo el tránsito con una medida sencilla y elemental.
Minutero:
Nuestro tránsito es tan malo
que un simple desperfecto
se proyecta como halo
causando el caos perfecto