Varios miles de norcoreanos participaron hoy en una manifestación de protesta en el centro de Tokio contra las discriminaciones y abusos que sufren por parte de las autoridades japonesas.
Esta manifestación norcoreana, que dio lugar a una pequeña pero ruidosa contramanifestación de militantes nacionalistas japoneses, es un hecho poco frecuente en Japón.
Los manifestantes, de la importante comunidad norcoreana afincada en Japón, se reunieron bajo los retratos del «querido líder» Kim Jong-il en un parque cercano al Palacio Imperial de Tokio.
Varias decenas de policías antidisturbios mantuvieron enérgicamente a distancia a unos 20 militantes de extrema derecha que gritaban con megáfonos: «Â¡Coreanos, vuelvan a su país!»
El Ayuntamiento de Tokio, dirigido por el populista de derecha Shintaro Ishihara, había prohibido en un principio la manifestación alegando riesgos de violencia, pero la justicia anuló la prohibición.
La asociación «Chongryon» de coreanos pro Pyongyang residentes en Japón convocó la cita para protestar contra recientes registros policiales que sufrió y contra los malos tratos que sufren los niños de origen coreano en las escuelas niponas.
Unos 700.000 coreanos residen en Japón. Se trata en su mayoría de descendientes de personas que inmigraron o fueron deportadas al archipiélago bajo la ocupación japonesa de Corea (1910-45).
La mayoría de estos residentes apoya a Corea del Sur o no manifiesta preferencia, pero también son numerosos los simpatizantes del régimen comunista de Pyongyang.
«Nosotros, coreanos de Japón, sufrimos durante la ocupación colonial e incluso después. Tuvimos que unirnos para sobrevivir», declaró el número dos de la «Chongryon», Nam Sung-U.
«Las violaciones de los derechos humanos que se cometen en Japón contra los coreanos son intolerables», acusó.
La «Chongryon» reclama sobre todo el restablecimiento de la única línea marítima directa entre Japón y Corea del Norte, suspendida en señal de castigo el año pasado por el gobierno japonés.
Japón adoptó una serie de sanciones económicas contra Corea del Norte después de los disparos en julio de misiles balísticos por Pyongyang.
Dichas sanciones fueron reforzadas después del ensayo nuclear del pasado mes de octubre.