El Congreso ecuatoriano tiene «escasa legitimidad» y ello propiciaría su disolución por parte de la Asamblea que redactará una nueva Constitución, que a su vez podría convocar a elecciones legislativas anticipadas, dijo hoy un alto funcionario del Gobierno.
«Es un hecho lamentable, pero la legitimidad del Congreso ante los ojos de la población y la opinión pública es extremadamente baja, y uno de los propósitos de la Asamblea es reconstituir el poder legislativo», señaló el ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa, Fernando Bustamante.
El fin de semana el presidente Rafael Correa, molesto por el rechazo a sus proyectos por parte de los diputados, afirmó que la Asamblea que será elegida el 30 de setiembre tendría que disolver el Legislativo.
Según Bustamante, los asambleístas podrán cesar al Congreso y convocar a nuevas elecciones una vez terminen de redactar la nueva Carta Política.
«La Asamblea Constituyente, al reconstruir el marco institucional, tendrá que reconstruir el Parlamento y eso probablemente implicará que después de la Asamblea tengamos nuevas elecciones legislativas bajo un nuevo esquema», expresó al canal Ecuavisa.
Correa ha anticipado que pondrá su cargo a disposición del órgano deliberativo, refiriéndose a la elección del mismo «como la madre de todas las batallas» para reformar el Estado bajo un modelo de nuevo socialismo.
El mandatario impulsa una nueva Carta Política que refuerce el papel del Estado en la economía, recorte los poderes del Congreso, democratice los medios de comunicación y despolitice tribunales y entidades de control.