Ecuador vivió ayer una jornada de violencia por choques entre la policía y varios de los 57 legisladores destituidos hace una semana que ingresaron por la fuerza al Congreso, y otros incidentes que agudizan la crisis alrededor del plan de Asamblea Constituyente del gobierno.
Dos diputados resultaron lesionados, mientras que otras dos personas sufrieron heridas de bala en las piernas en un tiroteo que la derecha atribuyó a un atentado contra un mitin opositor en las afueras de un hotel donde sesionaban los congresistas sancionados, responsabilizando al Ejecutivo.
Empero, la policía aseguró que los disparos fueron hechos por delincuentes que huían tras un asalto frustrado.
Los parlamentarios que tildan de ilegal su destitución irrumpieron en el Legislativo tras enfrentarse a empujones con policías que rodeaban el edificio, para impedirles el acceso a una sesión convocada para tratar la crisis política.
El vicepresidente del Congreso, Edison Chávez, denunció haber sufrido una lesión en el ojo, mientras que el diputado Hugo Romero tenía un trauma en la columna vertebral.
La mayoría opositora se instaló en el hotel luego de que la sesión no se instalara por falta de quórum. El presidente del Parlamento, Jorge Cevallos, la aplazó para el próximo martes.
El gobierno del presidente socialista Rafael Correa responsabilizó de los actos violentos a la oposición, que a su vez lo culpó de la balacera tachándolo de «dictador».
Unas 400 personas del Movimiento Popular Democrático (MPD, izquierda) -que apoya la Constituyente para redactar una nueva Carta Política- y de Alianza País -el partido de Correa- rodearon el Congreso y se enfrentaron con simpatizantes de los parlamentarios. La Policía reportó varios detenidos.
El Legislativo (con 100 curules) tenía previsto reunirse ayer para analizar la crisis desatada por el plan de Constituyente de plenos poderes, que incluye la posibilidad de revocar el mandato de los congresistas que se extiende hasta 2011.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocó para el 15 de abril la consulta popular que definirá la instalación o no de la Constituyente.
En represalia por ese llamado, el Congreso «sustituyó» el 6 de marzo al presidente del TSE, Jorge Acosta, tras lo cual los magistrados electorales destituyeron a los 57 diputados que votaron la medida.
El pasado viernes Cevallos pidió al Tribunal Constitucional dirimir la pugna con el TSE, pero ayer el organismo devolvió la solicitud por no cumplir los requisitos formales.
Correa, que tiene una popularidad de 71% cuando está a punto de cumplir dos meses en la presidencia, llamó el sábado a las organizaciones indígenas y populares a salir a las calles para defender pacíficamente la convocatoria de la Constituyente.
La oposición sostiene que el propósito del gobernante es implantar el «modelo totalitario» del jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, su amigo y aliado.
El enfrentamiento institucional podría derivar incluso en un intento para derrocar a Correa, advirtió Pachakutik, el partido de los indígenas que respalda al Ejecutivo.
Ecuador es considerado el país más inestable de América Latina con ocho presidentes en la última década, incluidos tres derrocados en medio de revueltas sociales.
La ministra de Defensa de Ecuador, Lorena Escudero, afirmó hoy que hay tranquilidad en las Fuerzas Armadas a pesar de la crisis política desatada por el proceso de una Asamblea Constituyente que impulsa el gobierno para cambiar la Carta Magna.
«Se vive un momento de tensión en el país producto de una corrupción constante en el sistema político», dijo la ministra a Radio Quito y agregó que el gobierno del presidente socialista Rafael Correa «no es el responsable de esta crisis».
Correa «quiere cambiar la situación y empezar ahora sí el respeto a las instituciones y a la democracia, y la construcción de un nuevo país», agregó.
Consultada sobre si hay tranquilidad en los cuarteles frente a la confrontación política, la ministra respondió: «Por supuesto que sí, el trabajo se está haciendo con toda normalidad y profesionalidad propias de las Fuerzas Armadas».
Escudero agregó que «hoy es evidente la necesidad imperiosa» de que una consulta popular se celebre el 15 de abril para definir la instalación de la Asamblea Constituyente de plenas facultades «que refunde realmente este país».