Ecuador: comienza campaña por constituyente


Reunión. El presidente de Ecuador, Rafael Correa (D), junto a su par venezolano, Hugo Chávez.

Las diversas fuerzas polí­ticas de Ecuador comenzaron este lunes su campaña con vistas a los comicios del próximo 30 de septiembre para elegir a quienes integrarán la asamblea constituyente.


La asamblea, que redactará una nueva constitución, estará conformada por 130 representantes, 24 de ellos nacionales, 100 provinciales y seis en representación de los ecuatorianos residentes en el exterior (Norte y Sudamérica, y Europa).

El mandatario izquierdista Rafael Correa mantiene a la constituyuente como una de sus banderas polí­ticas y afirma que la asamblea reemplazará al congreso, al que acusa de corrupción y facilitar todo a la derecha.

Debido a sus roces con el congreso, el 10 de agosto, dí­a de la independencia de Ecuador, Correa se rehusó a presentar su informe a la nación desde el legislativo.

Correa aseguró que si sus candidatos (de la Alianza PAIS) ganan la mayorí­a de bancas el 30 de septiembre, la constituyente disolverá al congreso, lo cual ha sido censurado por sus detractores polí­ticos.

La idea de Correa es que una vez disuelto el congreso, sea establecida una comisión legislativa que tramite leyes urgentes y orgánicas que necesitará la nueva constitución.

Según el Tribunal Supremo Electoral, alrededor de nueve millones de ecuatorianos acudirán a las urnas para elegir a los constituyentes de entre 3.229 candidatos.

En el actual congreso, Correa no tiene legisladores de Alianza PAIS pues no compitieron por esos cargos en las anteriores elecciones generales.

Correa dijo que si Alianza PAIS no gana las elecciones, «nos vamos a la casa» en alusión a que renunciará a la presidencia.

La asamblea despertó una oleada de candidatos, entre los cuales hay viejos polí­ticos pero también nuevos dirigentes sociales mezclados con periodistas, ex sacerdotes, locutores de televisión, artistas y hasta modelos de pasarela.

Otros candidatos son los ex aspirantes presidenciales Alvaro Noboa (el hombre más rico de Ecuador), León Roldós y Gilmar Gutiérrez.

Noboa, con quien Correa disputó la segunda vuelta en noviembre, se oponí­a tenazmente a la realización de la constituyente pero cambió de parecer para ser candidato.

Roldós y Gutiérrez, situados entre el centro izquierda y el populismo, vaticinaron la derrota de Correa en las urnas ante lo que consideraron como una baja en la popularidad del primer mandatario.

Toda la acción electoral de los partidos y movimientos está orientada hacia la asamblea, que desde octubre será el centro de ebullición de la polí­tica ecuatoriana, y escenario de largas batallas polí­ticas entre el gobierno y la oposición de derecha.

La asamblea se instalará en una pequeña ciudad de la costa ecuatoriana, Montecristi, en honor y por ser la cuna del padre del Liberalismo ecuatoriano, Eloy Alfaro. Esta pequeña ciudad es la tierra de los famosos sombreros tejidos de paja toquilla, que se conocen en el mundo entero como de Panamá.

Este pueblo de no más de 15.000 habitantes, sin duda, verá cambiar su vida apacible y rutinaria para siempre.

Montecristi está situada a pocos kilómetros del puerto de Manta, donde está asentada una base militar que dirige el Comando Sur de Estados Unidos para el combate al tráfico de drogas y de indocumentados que viajen al norte del continente.

Las elecciones para la constituyente se efectuarán después de que el SI ganara con 78 por ciento de apoyo de los electores en el referéndum del 15 de abril, en un resultado que supuso una victoria para el mandatario.

Las propuestas y proyectos para reformar la carta polí­tica circulan por cientos, pero será en la Asamblea donde se discutan conjuntamente las tendencias ideológicas y las reformas que finalmente tendrá el documento.

El tema son las autonomí­as regionales es liderado por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, quien quiere que sean los municipios los encargados de administrar el poder.

El presidente Correa mira hacia una autonomí­a regional con varios municipios y provincias.

En sus primeros seis meses de gobierno, Correa ha sostenido roces con grupos económicos, como la banca privada y la prensa. El mandatario se identifica con el socialismo de los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia.

El presidente ecuatoriano, en busca de más apoyo, autorizó la pesca incidental de tiburones y la exportación de aletas al mercado asiático.