La economía de América Latina se ha vuelto más resistente a impactos externos, y aunque seguirá creciendo a un ritmo relativamente elevado en los próximos dos años, el alto nivel del gasto público constituye una amenaza a conjurar, advirtió este viernes el FMI.
El informe «Perspectivas económicas: Las Américas», que el Fondo Monetario Internacional (FMI) divulga en el marco de las asambleas de primavera (boreal) de la institución con el Banco Mundial, destacó el fuerte crecimiento de América Latina en los últimos años y el descenso de la vulnerabilidad de la región a choques externos, pero puso el acento en varios riesgos que aún persisten.
«El período 2004-2006 ha quedado registrado como el de crecimiento más pujante de América Latina y el Caribe desde los años setenta, como resultado de políticas económicas más sólidas y de un entorno externo favorable», manifestó Anoop Singh, director del Departamento para las Américas del FMI.
El FMI, que prevé un crecimiento de 4,9% para América Latina este año, señala que la región se ha vuelvo «más resistente» en relación a la década pasada, pero «sigue siendo sensible a choques al crecimiento mundial» y en particular a «los precios de los productos básicos (materias primas)», de los que es exportadora.
«La región todavía es bastante vulnerable a (un escenario de) una aguda reducción del crecimiento mundial acompañada de una fuerte restricción al financiamiento o una drástica caída de los precios de los productos básicos», enfatiza el reporte.
Para reducir esa vulnerabilidad, se requieren «progresos adicionales en la reducción de los niveles de la deuda pública, presupuestos y tipos de cambio más flexibles, sistemas financieros más sólidos y una diversificación de la estructura de las exportaciones».
Según el FMI, la región debe concentrarse en «evitar la erosión de los márgenes de seguridad que se acumularon durante el pasado reciente, particularmente en el área fiscal».
En este plano, el Fondo también advierte que la fuerte demanda interna en la región, así como un nivel de gasto público que ha registrado un aumento sostenido, llevará los superávits externo y fiscal «hasta casi la mitad de sus niveles alcanzados en el 2006» con relación al Producto Bruto regional.
«Ello resalta la necesidad de poner freno al incremento de las erogaciones públicas, especialmente el gasto corriente», indicó la entidad financiera.