Japón tuvo una contracción económica en el periodo julio-septiembre -su primera en tres trimestres- lo cual dio al traste con las expectativas de un repunte y que según muchos especialistas constituye una señal de que el país podría encontrarse ya en recesión.
La tasa anual de crecimiento negativo de 3,5% para el trimestre —difundida el lunes— coincide con los pronósticos sombríos para la tercera economía más grande del mundo, la cual atraviesa dificultades por la disputa territorial que sostiene con China y el retroceso de sus exportaciones ante la débil demanda global.
Con base en las estadísticas más recientes, los expertos han proyectado un declive aún más pronunciado para el periodo octubre-diciembre, lo cual pondría oficialmente en recesión a Japón porque el país acumularía dos trimestres consecutivos de contracción económica.
Por otra parte, el gobierno dijo el lunes que el gasto de los consumidores bajó 0,5% con la finalización de los subsidios a las compras de automóviles y las inversiones de las empresas disminuyeron 3,2%. También ha declinado el gasto en la reconstrucción relacionado con el desastre que ocurrió en marzo de 2011 en el país.
La caída para el actual trimestre podría no ser tan severa como la del periodo julio-septiembre.
«Es difícil pronosticar la magnitud (de la contracción)», señaló David Rea, economista con la firma Capital Economics en Londres. Agregó que la declinación podría alcanzar un par de puntos porcentuales.
«Si la economía logra una recuperación en cualquier sentido, el avance sería mínimo», afirmó.
Más de dos décadas después del estallido de la burbuja bursátil japonesa ocurrida a principios de la década de 1990, las autoridades no han logrado diseñar una estrategia efectiva para lograr que la economía supere su tendencia deflacionaria.
Al mismo tiempo, el yen japonés mantiene un alto valor que desalienta a las empresas del país a invertir en el país o el extranjero y socava la competitividad de las exportaciones japonesas, en especial frente a rivales como Alemania y Corea del Sur.
Debido a un débil gasto de los consumidores y una baja inversión pública, la economía tuvo en el trimestre abril-junio un crecimiento anémico anual de 0,7%, según proyecciones que fueron revisadas y recortadas a la mitad respecto del pronóstico inicial de 1,4%.