La naturaleza es el espacio donde se desarrollan las relaciones e interrelaciones entre seres humanos, animales y plantas. Miles de especies conviven y forman parte de este conjunto donde todos tienen una función específica para mantener el equilibrio ecológico.
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En su evolución hombres y mujeres han logrado, por medio de su pensamiento, avances en la ciencia, técnica y complejas formas de organización social como símbolos del avance en la transformación de la naturaleza; sin embargo, lo positivo de este desarrollo se cuestiona si pensamos en el daño que ha causado al entorno. Este comportamiento hostil hacia nuestro medio no es justificable desde la perspectiva de la supervivencia de las especies.
La naturaleza ha cambiado en Guatemala, atrás quedó la experiencia de José Martí quien, en su libro Guatemala escribe sobre la «mazorca que crece a la par de la dorada espiga», de la madera dúctil y pastos de ensueño donde «se alza la dulce caña criolla y el oloroso café con flores de jazmín». En la actualidad, existe una tendencia comercial que afecta el equilibrio estable de los ecosistemas, ignorando que la riqueza natural del país, debe ser aprovechada racionalmente por toda la sociedad.
La falta de una adecuada planificación de los recursos naturales en Guatemala, así como la hegemonía de intereses privados en detrimento de los colectivos, ha permitido la presencia de un proceso de ecocidio (asesinato del ambiente), que anula las condiciones propias de la naturaleza. Referirse a ecocidio significa destacar una realidad: alterar el ambiente sin prever sus consecuencias, incorrecta administración de los recursos naturales e irracionalidad al agredir el ambiente que nos circunda.
Existen contaminantes en la alimentación; lagos y ríos se han convertido en basureros industriales; fumigación que destruye cosechas, fauna y flora; incendios que han arrasado miles de hectáreas; ríos y bosques han desaparecido; pesca incontrolada; y especies a punto de extinguirse.
Las autoridades deben percatarse de las implicaciones ecológicas y tener «presente, como lo señala el poeta F. Thompson, que «todas las cosas… están ocultamente tan ligadas unas a otras, que es imposible tocar una flor sin que se estremezca una estrella». Toda forma de vida tiene nexos y cualquier modificación, por pequeña que sea, produce perturbaciones de diferente gravedad.
Diversos sectores de la sociedad civil han comprendido que no pueden adoptar una actitud pasiva ante los depredadores del patrimonio cultural y los recursos renovables y no renovables. Este hecho explica su organización activa en diferentes partes de la República. Su propósito es evitar que afanes privados continúen ocasionando contaminación, derriben bosques, alteren el clima, destruyan plantas y animales y propicien la extinción de especies.