Con el rostro cansado y palidecido, Eduardo Meyer Maldonado, presidente del Congreso, observa cómo se desmorona su carrera política. Ahora, la instancia de jefes de bloque le exigió que se separe del cargo y en contrapropuesta Meyer solicitó un permiso para retirarse por tiempo indefinido del Legislativo. Posteriormente informará sobre su renuncia como diputado.
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Los diputados aceptaron que Meyer, en lugar de renunciar como todos esperaban, se retire del Congreso, a través de un permiso que el pleno aprobará mañana. «í‰l (Meyer) se reunirá con su familia para consensuar una salida favorable para este problema. Nosotros estuvimos de acuerdo, porque nos facilitó las cosas, además, tiene derecho a buscar una opción que sea acorde a su trayectoria política», dijo Anibal García, diputado de Encuentro por Guatemala y portavoz de los jefes de bloque.
Aunque Meyer planteó el permiso por dos meses, sin goce de salario, es posible que el mismo se extienda, por lo que ahora será Arístides Crespo quien presida el parlamento, según el artículo 16 de la Ley Orgánica, ya que en su calidad de primer vicepresidente asumirá la Presidencia y el pleno deberá llamar al suplente de Meyer, para que ocupe la curul durante su ausencia.
No se va solo
Detrás de Meyer, la bancada del Partido Patriota exigirá que los asesores y todo el personal administrativo contratado por él se retire del Congreso. Roxana Baldetti expuso que mañana, durante la sesión extraordinaria, se rescinda el contrato de cualquier persona que tenga vínculos con Meyer para transparentar el proceso de investigación «tal como él mismo lo ofreció», dijo la diputada.
Ya se retiraban
De hecho, hoy la Secretaría de Asunto Políticos y Jurídicos de la Presidencia permaneció casi vacía. Según se constató, la mayoría de los asesores de Meyer no se presentaron a trabajar, resultado de las recomendaciones que éstos le hicieron el sábado por la mañana en una reunión secreta, celebrada en un edificio de la zona 11.
En la oficina de Presidencia un movimiento inusual de traslado de papelería se registraba, al tiempo que en la dirección financiera se leía un rótulo: «Disculpe las molestias, estamos en reunión». Y es que esa judicatura permanece acéfala, ya que José Conde, director financiero, no volvió al Congreso desde el viernes pasado y se sospecha que salió del país.
Durante la mañana, el Contralor General de Cuentas, Carlos Mencos, sostuvo una reunión a puerta cerrada con el presidente, Eduardo Meyer. Aunque ninguno de los dos dio detalles sobre este encuentro, la oposición sospecha que Mencos le entregó a Meyer el informe preliminar de la auditoría especial que se realiza desde el viernes pasado.
Lo cierto es que Mencos dejará en manos del Ministerio Público deducir las responsabilidades sobre el traslado de Q82 millones de ahorros del Congreso a la casa de bolsa Mercado de Futuros, S.A., en base a los informes que emitan los auditores, sobre todo en lo relacionado a los integrantes de la Junta Directiva, ya que no aparecen las firmas de ellos.
«Debemos establecer cómo funciona la línea de mando administrativa para que el MP determine la responsabilidad de cada quien», expresó el Contralor, quien anunció que se presentará una denuncia, general, pero sin que se acuse directamente a alguien.