De acuerdo con el Ejército de Sri Lanka, un grupo de rebeldes tamiles cayeron previo a que éstos tomaran la capital.
El ejército de Sri Lanka tomó hoy el control de Kilinoshi, la «capital» política de los rebeldes tamiles en el norte de la isla, una ciudad simbólica cuya caída supone un terrible revés para la guerrilla separatista.
«La toma de Kilinoshi por nuestros soldados es una victoria histórica para la Nación», proclamó el ministro srilanqués y portavoz del partido en el poder, Maithripala Sirisena, añadiendo que «la bandera nacional ondeaba» en esta localidad, tras meses de combates.
Durante la madrugada, las tropas de tierra habían atravesado la línea defensiva de los Tigres de Liberación del Elam Tamil (LTTE) y entrado en el cuartel general de la guerrilla tamil, que había formado allí su «capital» y su escaparate político con administraciones, fuerzas de policía, tribunales e incluso establecimientos bancarios.
Aunque los Tigres sean considerados como una organización «terrorista» por Estados Unidos y la Unión Europea, las agencias de Naciones Unidas y varias organizaciones humanitarias extranjeras permanecieron en Kilinoshi hasta que, presionadas por Colombo, tuvieron que retirarse en septiembre de 2008.
Según los responsables militares -el acceso de la prensa al frente sur era completamente imposible- dos batallones consiguieron tomar la localidad que está situada a 330 km al norte de la capital Colombo.
Durante la tarde no se facilitó ningún balance de víctimas o muertos.
Los Tigres tampoco han comentado la caída de su bastión, pero las ofensivas y contraofensivas que se suceden desde hace meses alrededor de este lugar han dejado, muy probablemente, decenas de muertos al día a ambos lados.
Poco después del anuncio oficial de la toma de Kilinoshi por las tropas gubernamentales, se produjo una fuerte explosión en el cuartel general del ejército del aire srilanqués en Colombo en la que murieron al menos dos miembros de las fuerzas aéreas y otras 32 personas resultaron heridas.
La policía afirmó que se trataba de un atentado suicida que atribuyó a los Tigres tamiles.
Las autoridades srilanquesas afirmaban desde hace meses que su ejército estaba a punto de tomar Kilinoshi, y acabar así con uno de los últimos bastiones de la rebelión tamil.
De esta manera Sri Lanka espera desmantelar este «mini Estado» tamil en el norte de la isla.
La toma de la ciudad no implica la aniquilación de los Tigres, pero constituye una derrota crucial después de 37 años de conflicto separatista -la guerra más larga actualmente en Asia- en esta isla de 20 millones de habitantes situada al sureste de India y que fue colonia británica hasta 1948.
Los Tigres tamiles, hinduístas, luchan desde 1972 por la independencia del norte y del noreste de Sri Lanka, un país con el 75% de la población cingalesa budista. En los últimos 30 años han muerto al menos 70.000 personas, sobretodo desde el recrudecimiento de los enfrentamientos a finales de 2005 cuando llegó al poder el presidente nacionalista Mahinda Rajapakse.
Aunque hayan conseguido retomar Kilinoshi, Sri Lanka siempre ha infravalorado el poder de los LTTE. Aunque su ejército cuenta con algunas sonadas victorias en los últimos meses, la estrategia de los Tigres, conducidos por Velupillai Prabhakaran, se basa en la resistencia.