Jason Dufner se coronó por primera vez en un torneo «major», tras superar ayer por dos golpes de diferencia a Jim Furyk, en el Campeonato de la PGA.
Dufner incurrió en bogeys en los últimos dos hoyos de su recorrido dominical para firmar una tarjeta de 68 golpes, dos bajo par. Ello le bastó para evitar que le diera alcance Furyk, el campeón del U.S. Open en 2003.
«Ha sido un día largo y difícil, en un campo muy complicado», dijo Dufner, normalmente inexpresivo, quien sonrió, levantó los brazos y batió un puño en el aire cuando se proclamó victorioso. «Probablemente no he digerido esto… No puedo creer que esté ocurriéndome… Sólo decidí que tendría confianza y daría mi mejor esfuerzo para jugar agresivo y tratar de ganar. No iba a jugar asustado o relajado».
El acumulado del campeón fue de 270 golpes, 10 bajo par, mientras que el tercer lugar del torneo fue para Henrik Stenson, a tres impactos.
Dufner se reivindicó así tras la derrota decepcionante que sufrió en el certamen en 2011, cuando llegó a la salida hacia el hoyo 15 con una ventaja de cuatro golpes, en Atlanta. Envió esa pelota al agua, dilapidó la ventaja y cayó ante Keegan Bradley en un desempate.
No hubo tal colapso durante otro domingo cálido y soleado en el campo de Oak Hill.
«Estoy contento de haber hecho el trabajo», afirmó. «Es un gran paso en mi carrera»
Desde el tee hasta el green, Dufner lució casi perfecto. De no ser por cierta imprecisión en el putt, se hubiera coronado con una ventaja mucho mayor.
Dufner no estaba seguro de que tendría otra oportunidad después del fracaso de 2011. Al conseguirla, se cercioró de no desperdiciarla esta vez, y desplegó un golf que hizo juego con la frialdad de su expresión facial.
No fue emocionante, ni había necesidad de que lo fuera.
«Tengo mucho respeto por él y por la forma en que jugó hoy», expresó Furyk. «No sé si esto facilita o dificulta las cosas, pero no considero que yo haya perdido el torneo. Más bien creo que me venció alguien que jugó mejor hoy».
El viernes, Dufner terminó su ronda en 63 golpes, para empatar la marca para un «major». El sábado, Furyk lo desplazó del primer puesto, lo que generó sospechas sobre un nuevo derrumbe de Dufner, el cual finalmente no ocurrió.
En el tema de derrumbes en «majors», parece que el especialista es ahora Tiger Woods.
El número uno del escalafón mundial amplió a 18 «majors» su sequía sin un triunfo, y esta vez no estuvo siquiera en la pelea. Por segunda ronda consecutiva, Woods finalizó su recorrido antes de que los líderes lo comenzaran.
Entregó una tarjeta de 70 golpes, igualado en el 40mo puesto, a 14 impactos de la punta.
«No me di muchas oportunidades y no golpeé la bola suficientemente bien», resumió Woods.